El romanche, también llamado retorromano, cuarta lengua nacional suiza, aunque en clarísima situación de inferioridad frente al alemán, al francés y al italiano, trata de sacar la cabeza y no solo en su cantón original de los Grisones.

Siempre hay que felicitarse de que una lengua logre sobrevivir frente a la presión de otras más poderosas por motivos tanto demográficos como económicos, porque todas y cada una de ellas constituyen una apertura al mundo y nos enriquecen a todos como humanidad.

Hace solo un siglo, el romanche era una lengua usada, en sus distintas variantes, casi exclusivamente por los campesinos de los valles alpinos además de por los maestros y sacerdotes que allí ejercían.

Solo en 1938 logró salir de los valles para convertirse en la cuarta lengua oficial del país y, a partir de 1995, se beneficia, al igual que el italiano, de medidas de apoyo del Gobierno federal tanto en los Grisones como en el cantón del Tesino.

Fruto de un proceso de unificación de cinco variedades o dialectos, todos de origen latino - sursilvan, sutsilvan, puter y vallader-, el rumantsch grischun (romanche grisón) comenzó a enseñarse en los colegios aunque siempre en medio de polémicas.

Aunque hoy todavía su uso escolar es muy limitado y a pesar de que en algunos lugares hay en marcha iniciativas para su abolición como instrumento educativo, el presidente de la Lia Rumantscha (Liga Romancha), Johannes Flury, asegura que está más vivo que nunca.

Sobre todo los jóvenes lo utilizan en sus distintas variantes con cada vez mayor confianza y, como suele ocurrir en estos casos, a su promoción contribuye de modo importante el mundo de la cultura: sobre todo los cantautores.

Lo que más preocupa a sus promotores, señala el citado diario suizo, es el factor demográfico: en torno al 40 por ciento de los hablantes de esa lengua viven y trabajan en otros cantones de la Confederación, sobre todo en Zúrich, el más próspero gracias sobre todo al sector financiero y donde el idioma mayoritario es el alemán.

Dado ese importante "éxodo", la Lia Rumantscha exige del Gobierno helvético medidas para fomentar el uso del retorromano en todo el territorio helvético: entre ellas, la creación de escuelas bilingües, donde ese idioma coexista con el alemán, siempre mayoritario.

El Gobierno de la Confederación habla ya de ofrecer a partir del próximo año cursos de ese idioma tanto para los niños como para los jóvenes que viven fuera del cantón de los Grisones.

Los autores de un estudio sobre su difusión encargado por el Gobierno federal creen que sin ese tipo de medidas, el romanche corre peligro, por lo que proponen obligar a las escuelas privadas a ofrecer un bachillerato bilingüe así como financiar una cátedra de ese idioma a nivel universitario.

Hasta ahora solo se enseña el romanche en la facultad de investigaciones lingüísticas y didáctica de lenguas extranjeras en la Universidad de Friburgo y también, aunque no a tiempo completo, en la de Zúrich, donde es posible además hacer el único máster en retorromano.

También parece asegurado su futuro en los medios gracias a la colaboración entre la Radiotelevisión de la Suiza Romanche y grupos de comunicación privados, que surtirán de informaciones en ese idioma a diarios como La Quotidiana, Posta Latina o La Pagina da Surmeir. ¡Enhorabuena!