El Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA), aprobado por el Gobierno, marca como tope de capacidad del aeropuerto de A Coruña 1,3 millones de viajeros al año. El plan director de la terminal de Alvedro, que aún no se ha aprobado, preveía que se alcanzase esa cifra en 2028. Sin embargo, la buena marcha de Alvedro, que sumó en noviembre 42 meses seguidos al alza, provocará que cierre este ejercicio por encima de la cifra que AENA le asignaba para dentro de ocho años.

En los once primeros meses del año, 1.248.825 viajeros han usado las instalaciones del aeropuerto coruñés. No solo es un 10,2% más que en el mismo periodo del año pasado, a falta de la suma total con los pasajeros del último mes del año, sino que incluye que el 6 de diciembre se batiese el récord histórico de 1.266.795 usuarios registrados en 2007. El siguiente hito es superar los 1,3 millones de usuarios a finales de año.

La previsión que maneja el Ministerio de Fomento es que el aeropuerto coruñés cierre 2019 con 1.345.000 pasajeros, con lo que superaría el tope de capacidad que señala el DORA. Este año es el quinto consecutivo en el que la terminal coruñesa ha superado el millón de usuarios, después de que bajase de esta cifra entre 2012 y 2014.

La realidad es que los números del aeropuerto coruñés se encuentran ya más cerca de las previsiones que AENA le asigna para 2035: 1,6 millones de viajeros anuales.

Estas cifras de récord se consiguieron a pesar de que en noviembre más de 6.000 pasajeros con destino a Alvedro fueron desviados al aeropuerto compostelano por las inclemencias meteorológicas. De no haberse producido estos desvíos de vuelos, la terminal coruñesa habría superado los 112.000 usuarios el mes pasado, lo que supondría un incremento del 7,9% con respecto a noviembre de 2018.

La sangría de vuelos desviados, que la terminal coruñesa viene padeciendo desde hace años, se reducirá previsiblemente a partir de ahora tras la entrada en funcionamiento, el pasado 5 diciembre, de un nuevo sistema GPS de ayuda al aterrizaje en la cabecera sur, la más cercana al Monte Xalo. Se trata de unas coordenadas por satélite que crean una especie de pasillo virtual que guía a los pilotos y que según el comité de empresa del aeropuerto reducirá de un tercio a la mitad los desvíos en Alvedro.

Es sin duda un paso importante, pero quedan aún importantes asignaturas pendientes por acometer. El plan director del aeropuerto, que todavía no se ha aprobado al estar en proceso de elaboración la memoria ambiental por Fomento, prevé invertir 137 millones de euros para adecuar las instalaciones a este flujo de pasajeros. Pero en los presupuestos generales presentados por el Gobierno antes de las elecciones generales, que no llegaron a ser aprobados, Alvedro era el aeropuerto gallego con menor inversión prevista, a pesar de haber sido el que más había crecido durante el año 2018.

Alvedro, el aeropuerto gallego que más crece en pasajeros, es el más pequeño en superficie. El edificio de la terminal se encuentra saturado, ya que fue diseñado en los años 90 para un flujo de pasajeros menor. Y la ampliación de la pista realizada en 2015 se quedó corta al ganar en la práctica solo cien metros más.

Las últimas cifras demuestran que la realidad ha dejado obsoletas las previsiones de AENA. La eclosión de Alvedro en los tres últimos años contrasta con el rango de inversiones que AENA depara a la terminal coruñesa, que no se corresponde con las que debería recibir de acuerdo con su incesante aumento de tráfico de viajeros, que roza ya el límite de su capacidad.

La cifra de usuarios de un aeropuerto es clave para estipular las inversiones que se deben acometer para sus necesidades. Y los datos de este Alvedro que va de récord en récord, claman por una justa revisión de la inversión precisa para acometer las necesidades que demanda su flujo de tráfico, que pasan, sobre todo, por la ampliación del edificio de la terminal y la mejora de la pista.