Acudo a la entrega del Facho de Ouro de la veterana asociación coruñesa a Xosé Luís Méndez Ferrín. Entre sus muchos méritos, por su activismo nacionalista, que le llevó a la cárcel en tres ocasiones, por su impulso a la cultura del país, por su lucha en el proceso liberador del pueblo gallego y por su obra literaria, por la que llegó a ser propuesto como candidato al premio Nobel. Voy en compañía del médico y político pontevedrés Francisco Tuco Cerviño, afincado desde hace años en la ciudad y que anda entretenido en la preparación de unas memorias que se adivinan sabrosas. La noche es de perros, como suele decirse en la lengua de Cervantes. Llueve en todas las direcciones de un viento caprichoso que hace imposible protegerse con el paraguas, y del mar cercano al hotel donde se va a celebrar el acto llega la "gran voz girovaga* del mar". Que así describió José María Castroviejo en su Guía de Galicia aquellas "olas desmelenadas que mugiendo como vacas se elevan atroces y bellas sobre la arena gruesa del Orzán". La fuerza inmensa del mar y del viento en este punto de la costa coruñesa inspiró también al escritor ourensano Ramón Otero Pedrayo que en su Guía de Galicia dejó escrito que "en ninguna ciudad del Norte son tan bellas, rítmicas, poderosas y variadas las ondas y sus juegos. Entran en tendido arco, en la bahía, se estrellan con rumor de truenos contra las murallas y en el Orzán rompen con grandiosidad extraordinaria. El espectáculo del mar es uno de los atractivos coruñeses". No estaba la noche para contemplaciones y Tuco y yo optamos por ganar lo más rápidamente posible el confortable recibidor del hotel. Mientras espabilábamos el frío, me vino a la memoria el recuerdo de un prostíbulo peripatético que hubo hace muchos años en ese mismo lugar en una coraza construida como rompeolas para los días de temporal. Allí, las pobres prostitutas ofrecían sus servicios a una lamentable tropa masculina que pretendía saciar su lujuria por poco dinero al amparo de la escasa iluminación. Pero de esa industria no encontrarán noticia en ninguna guía. Las obras del paseo marítimo, los modernos edificios, y los avances en materia de salubridad pública acabaron con aquella vergüenza. Por lo demás, el acto de entrega a Méndez Ferrín del Facho de Ouro fue tan emotivo como cariñoso. El galardonado agradeció la distinción destacando las virtudes, heroicas en muchos casos, de los ciudadanos que en A Coruña lucharon por conseguir espacios de libertad frente a la intolerancia y la tiranía. Haciendo especial mención de los fusilados en el Campo de la Rata durante la sublevación fascista por el simple hecho de ser sindicalistas, políticos, funcionarios fieles a la legalidad republicana, o sospechosos de ser simpatizantes de una ideología liberal o democrática. Concluyó su intervención, que fue largamente aplaudida, definiéndose como un "vello soñador". Después se leyó una carta de Darío Xohán Cabana y se levantaron para hablar, entre otros, el escritor y académico Xosé Luís Axeitos, y el también escritor y académico Manuel Rivas, que mantiene un envidiable aspecto de juvenil simpatía. Luego, Tuco Cerviño y el que esto escribe cogieron unos taxis para cruzar el temporal de vuelta a casa.

*Girovago/a (vagabundo, errante).