El problema del chabolismo coruñés es antiguo, entre otras razones porque no resulta fácil de lograr el encaje de sus pobladores en la vida ciudadana. Hasta la fecha, uno de los puntos más resistentes es el poblado del Puente del Pasaje, acceso a nuestra capital necesitado de llevar a efecto su anunciada ampliación, como requiere la seguridad ciudadana, y liberar a su vez las continuas retenciones que, de ordinario, experimenta el tráfico rodado. El tema del chabolismo, por su propia naturaleza, requiere actuar con delicadeza para orillar cualquier reacción que irrite la sensibilidad ética de los afectados. Se considera imprescindible aplicar, previamente, mucha pedagogía y la asistencia social complementaria, amén de proporcionar a los pobladores una ubicación ad hoc que no les anime a la reincidencia. Dada la antigüedad del caso, resulta llamativo y causa estupor que en los últimos años, el paso por el Ayuntamiento coruñés de corporaciones de distinto pelaje político, no se hayan arbitrado los medios exigibles para erradicar esta lacra urbana. La actual alcaldesa parece dispuesta a enfrentar el problema con la prudencia aconsejable, que lleve a los interesados la seguridad que las medidas no responden a motivos especulativos que, en algunas ocasiones, empujaron por desplazar a los pobladores a otros ámbitos extraños, de modo ordenancista, sin tomar las previsiones a las que antes hemos hecho referencia. Los políticos no tienen excusas para poner punto y final a un asunto de tan alto interés humano, que por su antigüedad debemos calificarlo como un caso de incepcia gobernante.

Otrosí digo

Vuelve sobre el tapete municipal la reconsideración de poner en actividad el tranvía que circulaba por el paseo marítimo, cuyo servicio S.E.U.O. fue clausurado en la etapa del alcalde Negreira y que En Marea no prestó ningún interés al asunto. Inicialmente estaba previsto que el tranvía extendiese su servicio hasta el final del circuito, es decir, a las proximidades de Bens, completando así la visión del panorama turístico que ofrece nuestro litoral urbano. Sería loable conciliar económicamente su explotación y que el tranvía reapareciese en la próxima primavera.