En los próximos años vamos a tener exoplanetas para aburrir. Los nuevos telescopios espaciales casi dan frutos diarios en esa búsqueda cuyo objetivo final es hallar signos de vida más allá de nuestro sistema solar -y sobre todo signos de vida inteligente-. Total, que iremos acumulando planetas, estrellas y más planetas para los que ni siquiera tendremos nombre, más allá del código científico con el que se cataloguen inicialmente.

El pionero en esta tarea está siendo el físico Alberto Fernández Soto, científico del CSIC en el Instituto de Física de Cantabria. La Unión Astronómica Internacional (IAU) abrió el pasado octubre una votación online para dar nombre de un planeta y a una estrella que están a 240 años luz de la Tierra. En total, se repartieron entre otros tantos países más de 110 estrellas con sus correspondientes cuerpos celestes para que cada uno eligiera nombre. En España, ya les adelanto, la propuesta ganadora fue Rosalía de Castro para la estrella y Río Sar para el planeta. Pero entre las candidaturas presentadas figuraban Cuélebre y Xana, respectivamente. Fernández Soto justificaba así su propuesta: "Los nombres de Cuélebre y Xana provienen de la mitología asturiana, entroncada con otras del Arco Atlántico europeo. El cuélebre es una serpiente alada, y la xana un hada que habita corrientes de agua. La xana es prisionera del cuélebre, una analogía de la órbita del planeta en torno a la estrella. La constelación donde se encuentra (Ofiuco, "el serpentario") es otro motivo para nuestra elección. Otras criaturas mitológicas (el Trasgu, el Nuberu, el Ventolín) podrían nombrar futuros planetas del sistema".

Finalmente, triunfó la propuesta de la Agrupación Astronómica Coruñesa Ío, que se llevó 13.413 votos, el 39 por ciento del total recibido. En segundo lugar se clasificó la de la Asociación Valenciana de Astronomía, inspirada en personales de la novela de caballería Tirant lo blanc. En tercer lugar, se clasificaron los nombres de Diego e Isabel, los Amantes de Teruel, una propuesta de Ricardo Dorda, investigador en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que parece dispuesto a reivindicar que Teruel existe incluso en el espacio exterior. La justificación que dio para nombres tan románticos es esta: "Dada la cercanía de la estrella y el planeta, y sin embargo su ausencia de contacto, este sistema recuerda poderosamente a esta historia (de los Amantes de Teruel), que sin duda merece un lugar entre las estrellas".

Pero ganó la estrella Rosalía y su planeta Río Sar. Ese será el nombre para un astro antes conocido como HD 149143 y para el planeta HD 149143 b. El sistema Rosalía de Castro y Río Sar se encuentra en la constelación de Ofiuco (el encantador de serpientes). La estrella forma parte del catálogo Henry Draper de estrellas, una colección de datos estelares recopilada a principios del siglo pasado por la astrónoma Annie Jump Cannon y sus colaboradores del Observatorio de Harvard (EEUU). La nueva estrella es una enana amarilla, similar a nuestro Sol, situada a 240 años luz de la nuestro planeta. Su masa es 1,21 veces la de nuestra estrella y su radio es también mayor: 1.49 veces el radio de la estrella del sistema solar.

El exoplaneta HD 149143 b, desde ahora Río Sar, fue descubierto en 2005 desde el Observatorio de la Alta Provenza (Francia) con la técnica de espectroscopia Doppler o método de velocidad radial, según detalla la agencia SINC. Es un gigante gaseoso, y su masa es, como mínimo, 1,33 veces la de Júpiter. Está muy cerca de su estrella, por lo que la temperatura de su superficie es muy elevada. Completa una órbita alrededor de ella en tan sólo cuatro días. Es lo que se conoce como un planeta de "tipo júpiter caliente". A partir de ahora, ser "planeta gallego" debería ser también difícil de decir si va o si viene.