E l profesor Darío Villanueva, exdirector de la Real Academia Española, utilizó el término "Iberofonía" en la reunión Internacional de las Academias de las Lenguas (portuguesa y española), celebrada recientemente en Lisboa al referirse a la fortaleza de los idiomas de los países ibéricos por los millones de hablantes, el español, el segundo del mundo; el portugués, el cuarto. No hay que olvidar a Brasil, donde hace más de un lustro el español ha sido declarado la segunda lengua oficial. Con más de 200 millones de habitantes, los brasileños se expresan en el idioma portugués, predominante, "a la brasileña", un portugués muy agradable y cadencioso, pródigo en diminutivos que, curiosamente, dan fuerza a las palabras timoratas y, a la vez, se la restan a las expresiones fuertes. Por ejemplo, café "cafezinho", mulata "mulatinha" o "pontá" (lóbulo de la oreja) "pontinha". El giro lusista "obrigado" o "moito obrigado", expresado por Pedro Sánchez y el diputado Néstor Rego en el debate de investidura, y que también fue utilizado por el concejal Jorquera, correspondido por la alcaldesa de La Coruña, al tratar en los presupuestos municipales la subida del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), no ha sido otra cosa que un comodín político. Sobre ósmosis idiomática, recogemos la opinión del excelente escritor Alfredo Conde: "Frente ó portugués o noso idioma deixaría de ter as súas características propias e acabaría asimilado pola lingua que uns queren irmá e outros pretenden filla. O caso é que, ben polo contrario, vai sendo hora de abandonar de contado a dialectización que estamos padecendo, e ver de purificar un legado secular en transo de desaparición. Cantos anos lle restan ó galego polo camino que levamos?".

Otrosí digo

Sucedió en un ambulatorio del Sergas coruñés, siempre saturado de instrucciones en vernáculo: Canzo a chanzo, a pé mellor (por la escalera), etc. El personal se expresa mayormente en gallego, pero hay excepciones como la siguiente: El paciente saluda en castellano y le responden en vernáculo, insiste el visitante y vuelven a responderle en el idioma regional del que la facultativa se apea durante la conversación. El visitante cierra los ojos y fingiendo somnolencia dice: "Siga, siga, por favor, siento la ilusión de estar en el Caurel que visité este verano".