Las embajadas tienen una lente especial escrutadora -ven y cotejan- donde la verdad de cada día permite contemplar el viento invisible de la política, cuando la historia se equivoca. El profesor Bassols, diplomático, doctor en Derecho por la Universidad de Bolonia y honoris causa de la de San Pablo CEU, de Madrid, autor de obras como El arte de la negociación, Veinte años de España en Europa y Asistencia jurídica internacional ha presentado recientemente Lo que no le conté al ministro, en el que, a través de 26 relatos, recoge historias y sucedidos de su dilatada actividad profesional, inéditos en las comunicaciones cursadas al Ministerio de Asuntos Exteriores. Confirman, además que el diplomático no es un ser raro que se pasea por una vida irreal y lo hace con una prosa orfebrizada de nuestra lengua y el humanismo, propio de un vitalista, convencido de que las palabras escritas son, sin trastocarse, el aire quieto del viento que habla. El análisis sociológico del pelmazo en los concurridos cócteles celebrados en sedes diplomáticas; la llegada gloriosa de Martín Bahamontes a París, vencedor del Tour, y la rueda de prensa de su mujer Fermina, acompañada del embajador Casas Rojas; la La huida (reencuentro con Josep Pla); Extravagancia (Gala y Dalí en París ¿con un elefante?), etc., relatos, esencias de la vida misma, como aquella numerosísima reunión con la colectividad española en la que su elocuente intervención, que ponía fin al acto, terminó con el estentóreo grito de un conocido anarquista "Viva el Rey". Personalidad fulgurante, el embajador Bassols "sabía sonreír en momentos difíciles y pedir sin que se notara" o como diría Ruiz Jiménez, acreditado ante El Vaticano, "el mundo va bien pero no hay que echarle la culpa a Dios". Lo que no le conté al ministro por su buena factura literaria, hace justicia a la verdad y al deseo de saberla compartida...

Don Raimundo Bassols dedicó once años de su carrera al ingreso de España en la Comunidad Europea, director general de Relaciones Económicas Internacionales, embajador ante la CEE en Bruselas, secretario de Estado para la CEE (hoy Unión Europea) tras haber sido consejero comercial en Montevideo, Buenos Aires, Bonn y Washington y negociador adjunto para el ingreso de España en la CEE. Posteriormente, fue embajador en Marruecos y en la República Argentina; catalán, de firmes convicciones religiosas y apasionado servidor de España.