Los agricultores franceses ya no pueden más con las legislaciones sobre fitosanitarios que sus políticos se empeñan en aprobar, enfocadas en contentar a un electorado mal informado, y sin tener en cuenta los argumentos científicos.

Hace unos días, cuatro ministros franceses presentaron los resultados de las ventas de fitosanitarios. A pesar de las restricciones introducidas, las ventas en 2019 fueron ligeramente mayores que en 2018.

Los agricultores, representados por las sectoriales de remolacha, maíz, trigo, oleaginosas y proteaginosas, consideran que este tipo de anuncios generan malentendidos entre la opinión pública. Queda este mensaje y no el de que se ha aumentado el biocontrol y la superficie de agricultura orgánica (+ 13%) y que se han retirado las moléculas más preocupantes.

También recuerdan a los legisladores las consecuencias de sus actos, como un aumento de vías sin una salida técnica que conducen al cese de varias producciones, la subida de los costes de producción, el aumento en los riesgos para la salud (datura, ambrosía ...).

Piden poner más realismo en unos indicadores capaces de valorar los esfuerzos realizados por los agricultores, lo que realmente informaría a los conciudadanos y no estigmatizaría nuevamente a los agricultores. Además, reiteran que las decisiones se tomen en base a la ciencia.