Vivimos tiempos muy revueltos. Solo se habla de ello. La negatividad impregna el ambiente. Y hasta tal punto sucede esto que a nuestro alrededor las desgracias se suceden sin fin. Este mundo en el que vivimos no es un lugar agradable. Estamos rodeados de personas que aúnan sus esfuerzos para frustrarnos conscientemente. ¿Que estoy muy negativa? Pues sí. Totalmente de acuerdo. Pero ahora voy a cambiar el chip. Veamos. Hay millones de cosas maravillosas en nuestras vidas, cosas extraordinarias que damos por sentado: alimento suficiente en la mayoría de las casas, agua caliente, un techo sobre el que cobijarse, salud -y si no la tiene, una buena cobertura sanitaria-, al menos un amigo entrañable, familia...

Ahora bien, en general, contesten sinceramente, por favor, ¿qué es lo que más atrae su atención a lo largo del día?, ¿el primer planteamiento que les he dado o el segundo? ¿No es acaso cierto que tenemos tendencia a vivir en la negatividad, a concentrarnos, excesivamente y obsesivamente, en aquellas cosas que no van como a nosotros nos gustaría?

Pues bien, voy a proponerles un ejercicio que puede cambiar totalmente sus vidas. Vamos allá. Por ejemplo, piense en algo que le ha sucedido hoy por lo que está muy agradecido. ¿Que no tiene nada? Por favor, no sea negativo, negativa. Hay muchísimas cosas por las que puede sentir gratitud. ¡Vale!, voy a hacerle entrar en razón: la ayuda amable de un amigo o compañero de trabajo, o de su pareja, la sonrisa de su bebé, la sensación placentera tras llevar a cabo un acto de voluntad... Piense en ello. Deje que crezca en su interior un profundo sentimiento de gratitud y permita que ese sentimiento aflore, que arraigue en usted, que impregne todas las células de su ser. Déjese sentir y llenarse de esa gratitud. Hágalo con toda la sinceridad y la entrega emocional que pueda. Ahora, pruebe a dejar que esos sentimientos de gratitud lo dominen muchas veces al día. Y no solo eso. También tiene que utilizar el cuerpo. Camine con gracia. Con la cabeza erguida. Y sonría. Sonría desde el corazón. Desde lo más profundo de su ser. Cuando se relacione con alguien, deséele lo mismo que desea para usted. Y haga todo esto conscientemente. Muy importante, no olvide hacerlo por la noche antes de ir a dormir. Hágame caso, pruébelo, al menos durante una semana, y verá cómo cambia totalmente su vida.