Galdós está de moda y muchos que apenas sabían de su existencia y, por supuesto, jamás se habían ocupado de su realidad como hombre y como escritor, le descubren ahora y, como no pueden privarse de la sardina de su sectarismo y, con esto del gobierno de Sánchez, tienen bien encendidas las ascuas de su ideología, han decidido apropiarse de don Benito y pretenden colocarnos la mercancía averiada de que era progresista, feminista, anticlerical, republicano, antitaurino, ecologista y animalista. O sea, uno de ellos, uno de los suyos, uno de los "nuestros"

Pretender que Galdós, en su época, en sus circunstancias, con sus vivencias, su forma de ser y sus costumbres, era lo que ahora, en pleno S.XXI, se entiende como un progre es tergiversar el verdadero sentido del progreso y al verdadero Galdós.