Consumado con su aprobación por el Parlamento europeo, el divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea ya es efectivo. Han pasado casi cincuenta años desde la adhesión de Gran Bretaña a la entonces Comunidad Económica Europea, y lo que menos se podía esperar es que un día podrían romperse los lazos acordados en el marco de una aspiración común de promover la paz y el bienestar de los países integrantes dentro de un espacio sin fronteras.

Sin embargo así ha sido, por razones que no parecen todavía claras aunque una parte de la sociedad británica mostrase siempre una clara hostilidad a lo que se ha venido en llamar "la burocracia de Bruselas".