A Coruña ha registrado el primer caso de coronavirus en Galicia, un hombre de 49 años que viajó desde Madrid a la ciudad para una entrevista de trabajo. El paciente estuvo "uno o dos días" en Galicia, según la Consellería de Sanidade, antes de acudir el lunes a Urgencias del Hospital de A Coruña por problemas respiratorios. El complejo hospitalario activó entonces el protocolo sanitario ante potenciales casos de infección por el Covid-19, que, tras un primer análisis no concluyente, fue confirmada en la segunda prueba por el Instituto Carlos III, en Madrid.

Sanidade asegura haber identificado a todas las personas que, dentro del hospital y fuera de él, estuvieron en contacto con el paciente, que grave, pero estable, permanece aislado en una unidad de hospitalización convencional. Aunque Sanidade no ha querido poner cifras al número de contactos, sí ha informado de que, por el momento, ninguno presenta síntomas de haberse contagiado. El sindicato Comisiones Obreras ha detallado que once trabajadores del hospital permanecen en cuarentena en sus casas con seguimiento médico por prevención. Otro posible caso de coronavirus, no relacionado con este, está pendiente de confirmación en el segundo análisis.

Esa palabra, prevención, unida a la de información, siempre clara y transparente, debe ser básica a la hora de afrontar un reto para la salud pública que, por su novedad y su extensión global, genera inquietud, preocupación e incluso pánico en buena parte de la sociedad. La Consellería de Sanidade y el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña reaccionaron con rapidez y transparencia después de la confirmación del primer caso de coronavirus, con una rueda de prensa en la que el conselleiro, Jesús Almuíña; la jefa del servicio de Medicina Preventiva, María José Pereira; y el subdirector xeral de Epidemioloxía, Xurxo Hervada, ofrecieron los datos precisos y necesarios para conocer el caso de coronavirus coruñés, y diagnosticaron la situación en la que se encuentra Galicia ante una infección que le es nueva.

Después de la información, la llamada de las autoridades sanitarias gallegas no debe ser otra que a la tranquilidad, que no pasividad, inacción o indiferencia, ante el virus. Desde la detección del coronavirus Covid-19 en China, ese ha sido el esfuerzo de la comunidad científica internacional, con mayor o menor fortuna, según los casos. La población precisa de sus administraciones de salud pública y de sus científicos información clara y transparente para evitar caer en la alarma y el pánico infundados.

El coronavirus debe ser, claro está, motivo de preocupación máxima ante una epidemia que, ahora mismo y sin vacuna, solo se puede frenar si se contiene la transmisión, como ha explicado en las páginas de LA OPINIÓN el exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Daniel López Acuña. Pero preocupación no debe derivar en el pánico que se ha instalado en parte de la sociedad. Esa alarma resulta evidente, por ejemplo, en la compra masiva de mascarillas, ineficaces para evitar el contagio de coronavirus y necesarias para otros enfermos a los que resulta casi imposible conseguirlas en la actualidad. La prevención más sencilla, "la mejor recomendación" para evitar el contagio, es tan sencilla como "lavarse muy bien las manos y cuantas veces sea necesario", según la viróloga del CNB-CSIC, Isabel Sola, que investiga un antídoto contra el coronavirus.

En la contención del Covid-19, de su infección y de la alarma derivada de él, también los medios de comunicación afrontamos un reto de responsabilidad. LA OPINIÓN quiere ofrecer a sus lectores y a toda la sociedad coruñesa una información rigurosa, clara y pertinente sobre esta enfermedad, con el doble objetivo de saber a qué nos enfrentamos y cómo contenerlo. Evitamos ser un contador diario de infecciones porque la cifra, por sí sola y sin el contexto necesario, no aporta más que alarma. Este es, como lo ha sido desde su nacimiento, el objetivo del periódico.

La reacción de la sanidad pública ante los primeros casos de coronavirus en Galicia demuestra que sus profesionales sanitarios están preparados para atender esta epidemia, para guiarnos en cómo contenerla y superarla, y para aportar calma en, por momentos, un torbellino de confusión.