Urge reparar, y colocar de nuevo, la vidriera de la escalera del Palacio Municipal de La Coruña cuyo estado actual es signo de abandono. La vidriera, que está reconocida como una valiosa obra de arte, fue retirada en los prolegómenos del mandato del Gobierno anterior, en aplicación, al parecer erróneamente, de la Ley de la memoria Histórica. Según el profesor J.J. Arévalo (LA OPINIÓN 8-07-10), miembro de la Comisión de Expertos para el cumplimiento de la citada ley, la permanencia de la vidriera artística estaba sustentada en el artículo 15-1 y en la excepción contenida en la propia Ley de la Memoria Histórica. El motivo para desmantelar (la vidriera) fue retirar el escudo de Franco que figuraba en la cristalera. Han pasado varios años y todavía no ha sido repuesta por dificultades técnicas, estéticas y económicas. Su estado actual refleja los embullos innecesarios, algunos señalados por el profesor Sánchez Arévalo, que revelan que estas comisiones creadas como peldaños de convivencia, en el rigor y en la cultura, se tornan en arbitrarias porque no se respeta que la historia, como la añoranza, no se puede escribir por ley y mucho menos con luz de carbono, a campanadas y pendencias. En su artículo Pedagogía y Ley de la Memoria Histórica, el profesor Sánchez Arévalo recuerda que "ni siquiera Franco retiró la vidriera del salón de plenos del Ayuntamiento coruñés el escudo de la República" y añade que en el Museo de la Guardia Civil en Madrid, coexisten diversas enseñas, entre ellas las de la bandera española republicana y la española franquista, enseñas nacionales en diversos periodos de nuestra historia porque no es equiparable la exaltación de un asesino con la iconografía, que forma parte de la historia de España.

Otrosí digo

El profesor Sánchez Arévalo abandonó la Comisión de Expertos, entre otros motivos, por no compartir los criterios para retirar el nombre de algunas calles de La Coruña que alteraban la biografía atribuida a personalidades como Calvo Sotelo o Juan Canalejo, de ideología derechista, pero a ninguno de ellos se les pueden imputar crímenes no probados.