Si en ocasiones los problemas tienden a acumularse, es importante que la ciudadanía tome conciencia y pase a corregir hábitos que disparan el consumo de agua potable de manera innecesaria, pues si a la crisis generada por el coronavirus se le suma una posible disminución de las precipitaciones y un incremento del gasto, tendremos un lío aún mayor y con peores consecuencias. La recomendación de lavarse las manos para combatir el riesgo de contagio y el confinamiento de la población en los domicilios puede disparar el consumo de tan preciado e imprescindible elemento de manera notable, por lo cual deberíamos cerrar el grifo durante el tiempo de enjabonado, así como ducharse por una cuestión de higiene y no por placer o relajación. Conviene tener presente que la epidemia no finalizará pasado mañana y que la naturaleza no regula el periodo de lluvias en función de los intereses y las necesidades de los humanos.