La sanidad pública es la mejor arma y la mejor herramienta para vencer a la pandemia.

Wuhan vuelve a la vida, pero no a la normalidad. Despierta a una nueva vida, donde nada volverá a ser lo mismo.

Desgraciadamente un virus nos ha puesto el mundo patas arriba. La pandemia no ha pasado aún, pero en la mayor parte del mundo no ha hecho nada más que empezar.

El ritmo de contagio no es el mismo en todo el planeta y el coronavirus no ha llegado al mismo punto de evolución en todos los países.

Sigo creyendo que el Covid-19 será aún más duro con el llamado tercer mundo y con las clases sociales más bajas.

Golpeará duro a los más pobres en los países que no tienen una sanidad pública, como puede ser EEUU, o que no tienen una sanidad pública de una calidad aceptable.

La sanidad pública, universal y gratuita es la mejor herramienta para evitar pandemias y la mejor arma para combatirlas.

En el Estado español, Francia, Italia, Cuba o Corea la sanidad en mucho mejor que en Colombia, Ecuador, Sudáfrica, Mozambique, etc.

En España seguimos la dura lucha contra el coronavirus, como lo hacen en Italia, ahora estamos en plena batalla.

Otros países como China o Corea tratan de volver a una relativa normalidad, pero a sabiendas de que el virus sigue vivo y puede volver a atacar y a repuntar.

Y en países como EEUU la batalla acaba de comenzar, como también en continentes enteros la guerra acaba de ser declarada, en África o Sudamérica el Covid-19 solo ha empezado a matar.

Esta pandemia refuerza la necesidad de lo público y hace aún más tangible el fracaso del neoliberalismo y del mismo capitalismo como sistema de organización para la humanidad.