Los que tenemos el título de Licenciado en Derecho firmado por el sátrapa ferrolano en su condición de jefe del Estado, todavía recordamos las tenaces gestiones que don Alberto Ullastres hizo en su condición de embajador de la España franquista ante las Comunidades Europeas para conseguir que nuestro país fuera admitido en el selecto club de lo que empezaba a perfilarse como un apetecible Mercado Común. Don Alberto, que era militante del Opus Dei, insistió una vez tras otra en que le abrieran la puerta a lo que empezaba a ser una economía boyante y cada vez más liberalizada, pero en todos los intentos fue rechazada la candidatura con el argumento de que el postulante no era un régimen democrático propiamente dicho, sino una dictadura militar con resabios fascistas. Y cada vez que nos daban, cortésmente eso sí, con la puerta en las narices la prensa falangista (que lo era toda en mayor o menor medida) sacaba a relucir el resobado arsenal dialéctico del secular odio a España y de la leyenda negra hasta concluir que la Europa que nos rechazaba no era la Europa del Sacro Imperio Romano Germánico que quiso poner en pie Carlomagno sino la "Europa de los mercaderes", un proyecto garbancero que no estaba a la altura de nuestra secular espiritualidad. Han pasado muchos años y muchas cosas, ya formamos parte del club desde 1986, pero la referencia hacia Europa está vigente en todas las cartas de navegación política. Tanto de la derecha como de la izquierda. Y una de las últimas en volverla a utilizar ha sido la portavoz parlamentaria del PP, señora Álvarez de Toledo. La arrogante diputada por Barcelona firma un artículo en el periódico madrileño El País en el que acusa al presidente del Gobierno de utilizar una "retórica mendicante" y un "tono entre compungido y arrogante" para exigir de las autoridades europeas el pago de una deuda que supuestamente todavía no nos han pagado. Una actitud subalterna que, según la señora Álvarez de Toledo, "ha condenado cíclicamente a España a un lugar periférico, cola de un acrónimo humillante: PIGS", es decir, los cerdos de la Europa gorrona del sur. El argumento no es original. Cuando don José María Aznar era jefe de la oposición acusó al entonces presidente del Gobierno, el socialista Felipe González, de mendigar dinero de los fondos europeos para beneficiar al Estado español. La cuantía de la deuda con España supuso un importantísimo apoyo financiero para las arcas públicas y cuando el señor Aznar alcanzó la jefatura del Gobierno se olvidó de sus pasadas críticas y continuó extendiendo la mano para recibir de Bruselas lo que él había calificado frívolamente de limosna. El resto del artículo, Levantémonos lleva por título, es el conocido muestrario de la derecha ultraliberal que ahora pretende imponerse en el PP. Y para remate una advertencia a la opinión pública sobre los peligros de las nacionalizaciones que pretende llevar adelante la parte del Gobierno que controla el vicepresidente segundo, señor Iglesias, el "nuevo ideólogo del PSOE". Los ataques al líder de Podemos son constantes estos días. El último le llega desde Vox, que propone como salida a la crisis desatada por el coronavirus un gobierno de técnicos del que formarían parte, entre otros, Rosa Díez, José María Aznar y Felipe González. Aún habrá más ocurrencias.