Sonia: "Mi hija Covi repite mucho una frase que seguramente le escuchó decir cientos de veces a su abuela Cova: más vale prevenir que curar. Por eso me coloca a veces tiritas infantiles aunque no tenga herida. Lo hace con una concentración que, por desgracia, no extiende a sus estudios. Ojalá yo hubiera llevado esa teoría suya a la práctica en asuntos menos epidérmicos y traviesos. Por ejemplo, con su padre. Me hubiera ahorrado muchos disgustos. Y muchas visitas al abogado. Y muchas noches en vela. Y muchas discusiones con los amigos comunes que no entendían mi decisión porque, de puertas afuera, mi marido era un ser perfecto. Tan atento. Tan generoso. Tan detallista. Tan preocupado por los demás. Tan padrazo. Tan trabajador. Tan simpático.

Sí, era todo eso hasta que cruzaba la puerta de casa y me veía a mí. Le cambiaba el gesto. Entonces todo se transformaba. La sonrisa se esfumaba. Y con ella, todo lo demás. Incluso yo desaparecía y pasaba a ser invisible. La invisible Sonia. Solo volvía a hacerme presente cuando necesitaba algo de mí. La cena a su hora, la camisa planchada con esmero, el traje a la tintorería cada quince días, las reuniones escolares, los papeleos domésticos. A él le quedaba la tarea de ser cariñoso, atento y generoso con su hija. Dos caras que solo eran una cuando estábamos los tres juntos y disimulaba lo suficiente para que Covi no se alarmara.

La invisible Sonia explicará a su hija algún día las razones por las que mamá y papá no viven juntos cuando tenga la edad suficiente para comprender que el dolor de lo que más quieres en este mundo no puede ser un obstáculo que te impida salir del infierno. Y que hay heridas tan profundas que una tirita solo sirve para recordar que existen y que no tienen cura. Estoy preparada para su primera mirada tras la revelación: desconcierto, quizá desconfianza, ¿pena? Y espero que después llegue su comprensión y su apoyo, todo lo que no he tenido durante años del resto del mundo. De no ser así, la derrota será tan burda e inapelable que mi vida se convertirá en un abismo que pronuncia mi nombre".