El foro Diálogos para la Reconstrucción, promovido por LA OPINIÓN A CORUÑA y Faro de Vigo, ha puesto en primera línea de conocimiento y debate las alternativas para reactivar el turismo, primera industria de España, que representaba antes de la crisis el 12,5% del PIB y el 13% del empleo.

Para la ocasión convocaron a dos profundos conocedores del tema como son el fundador y presidente del Grupo Hotusa, Amancio López Seijas, y el conselleiro de Cultura e Turismo, Román Rodríguez, responsable del Xacobeo 2021, para obtener dos visiones complementarias, desde lo privado y lo público, desde el ámbito empresarial internacional y la administración autonómica. Como complemento a sus intervenciones, limitadas por el tiempo, me permito recordar y ampliar algunas de las medidas que desde el sector se barajan como imprescindibles para la recuperación que, como en cualquier otro ámbito de la economía, debe partir de la generación de liquidez financiera y fiscal a corto medio y largo plazo, la reactivación del consumo y el fomento del empleo.

Hay que ser realistas: Las posibles soluciones sanitarias tardarán un tiempo en llegar y no es posible esperar más para poner en marcha lo negocios. Por ello, muy en primer lugar, es necesario abordar las precauciones y medidas de protección que eviten nuevos contagios y minimizar el riesgo de un repunte de la enfermedad, medidas que han de garantizar las salud de clientes, empleados y proveedores.

Se necesita empezar paulatinamente con actividades seguras y no masivas. Lo que ya está ocurriendo. Debe autorizarse la apertura flexible de los establecimientos turísticos, hoteles, campings, restaurantes, bares, etc., con medias de control de accesos y aforos. Respetando las peculiaridades que decida el empresariado respecto al reinicio de las actividades.

Habrá que acordar con las entidades financieras plazos de carencia sobre las hipotecas de los negocios, así como que estimularlas para que promuevan financiaciones extraordinarias para el sector y para los viajeros. Me consta que algunas entidades ya están siendo muy sensibles a con estos problemas.

Hay que considerar que un negocio turístico, en especial el hotelero, aún cerrado, tiene que hacer frente a gastos fijos muy elevados (mantenimiento instalaciones -ascensores, limpieza, climatización, seguridad, vigilancia-, seguros, agua, luz, gas, teléfono, internet, IBI, IAE, etc.). Los importes de estas cargas deberían devolverse en la parte proporcional del tiempo que los negocios estén cerrados. Las administraciones públicas deberán aplazar o condonar proporcionalmente los impuestos, singularmente el de sociedades y cancelar la subida de la tasa turística y el pago de la misma hasta que se recupere la actividad completamente.

Es muy importante prever el plazo de los ERTE -expedientes de regulación temporal de empleo-, que ha de ser acorde con el cierre de los negocios -las circunstancias son muy distintas según el tipo de establecimiento o la zona-, e incluso, ante posibles rebrotes del virus, hay que valorar cómo implantar los ERTE discontinuos.

Los autónomos tendrían que gozar de una consideración muy especial, valorando cada caso y circunstancia.

Parece adecuado crear sellos de garantía sanitaria de los establecimientos.

Resulta muy relevante asegurar la conectividad aérea, terrestre y marítima. Esto resulta especialmente significativo para las islas, Canarias y Baleares.

Hay que ayudar a las empresas en el rediseño de sus servicios y productos para adaptarse a la nueva realidad de los mercados emisores.

Especial relieve adquiere el desarrollo del teletrabajo en las áreas del negocio que lo permitan -como las administrativas-, e implantar sistemas de gestión de reservas, turnos en las recepciones, etc., mejorar las wifis y los sistemas de emergencias. El desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas es crítico para garantizar espacios saludables.

Paralelamente a todo ello, hay que buscar nuevos nichos de mercado, incentivar a los viajeros con nuevas campañas de marketing y, lo que será inevitable, fijar precios muy competitivos.

Y habrá que estar muy atentos a Bruselas por decisiones sobre el sector aéreo, ayudas, etc.

La nueva transición sanitaria, social, económica y política española ha de ser pensada para que los 85 millones de personas que eligieron España como destino para su ocio en 2019 regresen cuanto antes. En ello se afanan los Amancio Ortega del sector, gentes de gran trayectoria, como los Hidalgo, Escarrer, Barceló, Riu, Fluxá, López Seijas, Espelt, Piñero, Matutes, Arzak, Martín Berasategui, Jodi Cruz, Eneko Atxa, Grupo Nove, y también otros profesionales, funcionarios, gobernantes y comunicadores, líderes admirados en el mundo. A ellos debemos sumar pequeños empresarios audaces, valientes y sabios.

Los viajes tienen una momento esencial, el placer del regreso. Este viaje inédito por lo inédito tiene que suponer el renacer del sector turístico que ha de normalizarse como la principal fuente de riqueza y empleo, y con repercusiones sobre todos los ámbitos de actividad, desde el alimentario a la tecnología punta.

La fórmula para que todo funcione suma transparencia, entendimiento, experiencia, formación, inteligencia, unión y estrategia. Este es un camino en el que habrá nieblas y alguna discrepancia pero que nos llevará al éxito. Juntos vamos a volver a la normalidad. Paciencia, nos llevará un tiempo, pero lo conseguiremos, ofrecemos el mejor destino del mundo.