El estado de alarma ha supuesto una larga separación para las personas a las que la pandemia atrapó en una provincia diferente a sus seres queridos, y, por mucho que haya avanzado la tecnología, ni el chat ni la videoconferencia pueden sustituir a un abrazo. Es lo que debía de pensar la joven que el martes de esta semana esperaba en la estación de trenes con un gran letrero que ponía una única palabra, con dos sílabas reconocibles en todos los idiomas: "Mamá". Por fin llegó el tren que viene de Vigo, y una mujer descendió de él para fundirse en un abrazo intenso con su vástaga, con una emoción que tuvo la virtud de conmover a los presentes.