El pasado 17 de junio reanudé tras el confinamiento mis sesiones en el polideportivo de San Diego. Encuentro parking gratuito y libre, carteles recomendando distancias y vías de ida y vuelta, algunos aparatos clausurados, etc., lo que podía esperarse como medidas para evitar contagios en lugar público. Vuelvo el sábado 20 por la mañana, y todo igual, pero... ¡me lo han cambiado! No encuentro las bicis estáticas ni las cintas de caminar en su sitio y advierto más separación entre las máquinas gimnásticas que quedan en las galerías. Entonces descubro que en dos tercios de la pista de la planta baja han colocado hasta 8 filas con todo lo que echo en falta arriba: muchas cintas rodantes, cantidad de bicis, varios remos, bastantes elípticas, bancos para flexiones, etc. y todo bien separado. ¡Menudo trabajo,! opino al verlo. Y rápido además cuando me entero por Vilas -monitor que desde años me guía pues sabe de mis by pass- que todo el traslado y acondicionamiento para aplicar las indicaciones sobre medidas de separación a fin de evitar posibles contagios en época de epidemia se ha hecho en las horas que van del cierre del miércoles 17 a la apertura del jueves 18. Me parece ejemplar tal prontitud y eficacia, por eso lo escribo, y desearía que con igual rapidez se acometan similares medidas en todos los espacios públicos.