Al Gobierno actual le viene bien distraer la atención de la ciudadanía atacando la transición. Recurre, en efecto, al arte de la prestidigitación: hacen el truco de arremeter contra dos de sus artífices, el rey Juan Carlos y Felipe González, y contra la propia Constitución con la finalidad de que el público mire, no para lo que está sucediendo hoy, sino para lo que sucedió hace más de cuarenta años.

Entre los responsables de este doble ataque, que califico como "retardado" porque es actual pero se dirige contra el pasado, figuran fuerzas políticas que ya combatieron entonces la concordia constitucional, como son los filo-etarras de Bildu, los antisistema y los actuales comunistas radicales. A ellos, se han añadido nuevos cómplices procedentes del independentismo periférico.

El objetivo de todos ellos es instaurar un nuevo modelo constitucional por la vía de hecho, saltándose, por tanto, el procedimiento legalmente previsto para modificar la Constitución desde la propia Constitución, cosa que saben que hoy sería imposible dada la actual composición de nuestras Cortes Generales. Y el nuevo orden constitucional que pretenden imponernos consiste en sustituir la monarquía parlamentaria por la República; instaurar el derecho a decidir, que no existe en ninguna democracia avanzada del mundo; y eliminar el principio de unidad nacional para generar unos entes territoriales desiguales (federalismo asimétrico) en los que se harían todavía más ricos a los que ya lo son en perjuicio de los más pobres.

La ofensiva contra el rey Juan Carlos I, al tiempo que persigue como objetivo inmediato erosionar su figura para socavar uno de los pilares personales de la transición, tiene la indicada finalidad de provocar la sustitución de la monarquía parlamentaria por la república.

Desconozco en qué desembocarán las investigaciones de la Fiscalía suiza de la supuesta comisión percibida por el rey Juan Carlos del emir de Arabia Saudita. Pero, convendría no olvidar los tres datos siguientes.

El primero es que la transferencia de los 100 millones de euros que recibió el Rey del emir de Arabia Saudita se hizo en el año 2008 y parece difícil explicar porqué se da una comisión tres años antes de que se efectúe la adjudicación de las obras del AVE al consorcio español que tuvo lugar el 26 de octubre de 2011.

El segundo dato tiene que ver con lo que hizo el rey Juan Carlos I por España. Políticamente, bajo su reinado se pasó, porque así lo quiso él desde el principio, de un régimen autoritario a un régimen democrático de derechos y libertades, que se inició con las primeras elecciones libres para elegir las Cortes Constituyentes; se promulgó la Constitución vigente que trajo el mayor período de paz y prosperidad de la historia reciente; abortó el intento de golpe de Estado del veintitrés de febrero de 1981; y España ingresó en la OTAN y en el Mercado Común, hoy Unión Europea. Económicamente, nuestra producto interior bruto pasó de 36.290,3 millones de euros en 1975 a 1.244.757 millones de euros en 2019.

El tercer dato es que todas las fuerzas políticas que están dirigiendo o consintiendo los ataques contra el rey Juan Carlos nadan en la basura de episodios de corrupción reconocidos en sede judicial. El PSOE, por citar solo el de mayor envergadura de todos los habidos, tiene los ERE en Andalucía; el PP el caso Gürtel; los independentistas catalanes, con la familia Pujol a la cabeza a la que acaba de calificar un juez de la Audiencia Nacional como "organización criminal", el caso del Palau y las mordidas del 3%; Unidas Podemos la financiación de sus pasos iniciales a través del Chavismo, la Bolivia de Evo Morales e Irán; el PNV el caso de Alfredo de Miguel? Y aunque es verdad que la corrupción generalizada de los partidos políticos no justificaría una conducta corrupta del rey Juan Carlos, también lo es que los que lo acusan o no lo defienden no tienen las manos limpias para exigir la necesaria ejemplaridad.

Finalmente, el ataque contra el otro gran artífice vivo de la transición, Felipe González, se debe a haber dicho, con toda la razón, que el Gobierno "a veces le recordaba al camarote de los hermanos Marx". Tras estas declaraciones desde el propio Gobierno se filtró cierta documentación que pretendía relacionar al Gobierno Felipe González con los GAL. Este ataque contra Felipe González tampoco es procedente si se tiene en cuenta que modernizó España, y adoptó medidas como reducir la jornada laboral de 60 a 40 horas semanales, extender la sanidad hasta hacerla universal y gratuita para todos, y crear la educación concertada.

Porque, ¿qué han hecho por España los enemigos de la convivencia constitucional de 1978? ¿Agitar el odio y el rencor para que resucitar las dos Españas? ¿Eliminar la separación de poderes para gobernar como si estuviéramos en un régimen totalitario bolivariano? ¿Restringir la libertad de expresión? ¿Hacer una política supuestamente social que va a aumentar el paro hasta límites social y económicamente insoportables? ¿Convertir la pujante España moderna en un país subvencionado en el que sea más tentador esclavizarse por un renta mínima que hacer real el precepto constitucional de que todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo? ¿Vamos a callarnos ante los ataques de estos agitadores contra los artífices de la Constitución y todo lo bueno que nos trajo esta?

España le debe mucho a Juan Carlos y a Felipe González y no deberíamos ser ingratos con quienes nos trajeron nada menos que la libertad y la prosperidad, quedarnos callados ante los ataques de los vendepatrias que nos gobiernan.