Hay determinados mantras que, a fuerza de ser repetidos, terminan siendo tomados como verdades absolutas, independientemente de su escasa fundamentación o su validez en un contexto determinado y diferente. No hay disciplina ajena a esta cuestión y, como antídoto, el método científico está basado en la continua revisión del paradigma, como punto de partida para construir uno nuevo después de tener conciencia de evidencias que avalen a este último.

Pero muchas veces tales ideas previas, preconcebidas o de partida, no son siquiera fruto de un proceso metódico anterior, sino de prejuicios, de visiones interesadas o de planteamientos erróneos per se, sin mucho mayor recorrido. Es por eso que cualquier trabajo que arroje luz entre lo que es real y lo que se acepta como tal en cualquier disciplina, sin más, tiene para mí un valor muy grande. Si, además, lo hace desde una exhaustiva labor de documentación, un análisis del contexto verdaderamente sagaz y una trayectoria trufada de buenas referencias investigadoras, mejor que mejor. Esta es la impresión que tengo, queridos lectores, leyendo desde hace unos días la obra titulada La cooperativa de crédito de Mota del Cuervo. De cómo un pueblo perdió un bien común, motor de su economía. Una historia avalada por la trayectoria científica de quien está detrás, que narra la peripecia de la Caja Rural de ese pequeño pueblo, pero que bien podría -con los necesarios matices- estar ambientada en nuestra Galicia, cuyo sistema bancario propio saltó hecho pedazos de forma más o menos simultánea...

El libro está compilado por María del Carmen Salido Noheda y Esperanza Morales López, y lo compone y publica Xeito Ediciones. Nos sitúa en Mota del Cuervo, pueblo del extremo suroeste de la provincia de Cuenca, que contaba con una de esas cooperativas de crédito herederas de una tradición agrícola fuertemente sustentada en la sociedad civil en el país. Fíjense que en España había, en 1984, 154 de tales cooperativas de crédito. En el caso de la entidad moteña, 58 años de tradición, contando los 30 años como sección de crédito de la cooperativa agraria Nuestra Sra. de Manjavacas.

Pero hete aquí que llegó la crisis de 2008, asociada al crédito hipotecario a empresas constructoras sin adecuado control del riesgo, así como a la financiación de proyectos empresariales a veces de dudosa viabilidad, y ligados en ocasiones a no pocos casos de corrupción política y urbanística. Y, frente a ella, una Ley, la 26/2013, que puso el foco en el tamaño de estas organizaciones, por encima de todo. Algo falaz en sí, como argumento de una gigantesca campaña de fusiones y adquisiciones. Y es que no, la capacidad de gestión y la mejora de la rentabilidad y la eficiencia de un banco no depende de su tamaño, y ejemplos hay sobrados de ello. Todo ello es analizado en un clarificador primer capítulo, a cargo del Dr. Joan Ramón Sanchís Palacio, Catedrático de Universidad y Director de la Cátedra de Economía del Bien Común de la Universitat de València. Evidentemente las economías de escala sí que ayudan, pero no hacen necesariamente que un banco vaya a ser mejor, como se concluye en el trabajo de Ontiveros et alter, citado por el autor en este punto. Ser más grande no siempre significa que el banco vaya bien y, sin embargo, sí que produce un alejamiento de los centros de decisión respecto al territorio, con decisiones más impersonales y más alejadas de las necesidades de la zona y sus habitantes. ¿Les suena? Reitero que en Galicia sabemos algo de esto...

El resultado es que, de las 154 cooperativas de crédito, en 2007 había 83, y hoy 43, con una tendencia a la baja que sigue ahí, con absorciones por parte de los grandes, poniendo en riesgo un sistema cooperativo de doscientos años de historia. Obviamente, sí que una parte de las entidades que ya no están no eran viables. Pero lo grave es que el espíritu de la 26/2013 afecta a todas, independientemente de sus resultados. Y el clima general, auspiciado desde las autoridades económicas y, en particular, desde el Banco de España, también. Mientras en España se potencia un modelo de banca de gran dimensión, alejado de las necesidades reales de la economía y de los ciudadanos, en Europa se apuesta por banca ética y banca de proximidad, potenciando un sistema financiero sostenible y diversificado.

Aún así, las 43 entidades supervivientes, asociadas a la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito, siguen representando hoy entre un 8 y un 9% de la cuota de mercado en España, con números abultados. Son más de millón y medio de socios y socias, 12.327 personas empleadas, 100.000 millones de activos totales, más de 58 mil millones en créditos y casi 81 mil millones de euros en los depósitos gestionados por 3255 oficinas. Lejos del 20 al 30% de países como Alemania, Holanda, Austria o Francia, pero muy vivos.

En un segundo capítulo, la Dra. Esperanza Morales entrevista a la letrada Marta Jiménez Moreno, abundando en la ilegalidad de un proceso, orquestado desde el Banco de España y ejecutado por el FROB, que llevaría a la extinción de la CRMC. Un recorrido en el que María del Carmen Salido Nohela, expresidenta de la extinta plataforma "Queremos nuestra caja", habla extensamente en el Capítulo 3 de traiciones y abuso de poder, haciendo un verdaderamente pormenorizado relato de los hechos. La obra la completan un Capítulo 4 en el que nuevamente Esperanza Morales entrevista al que fue primer Presidente de la transición de la antigua CRMC y un brillante Capítulo 5, también de Esperanza Morales, Catedrática de Lingüística General de nuestra Universidad coruñesa, en el que el potente análisis del discurso al que nos tiene acostumbrados aborda el conflicto entre el Banco de España y la masa social de la Plataforma, a partir de un marco teórico impecable y un análisis exhaustivo que nos lleva, en su investigación, hasta lo ideológico en un conflicto entre partes muy asimétricas.

Conclusiones y Nota Final, más los correspondientes Anexos, completan un todo que aún me tiene con la boca abierta... ¿Saben si hay alguna investigación parecida, rigurosa y académica, sobre los procesos de concentración bancaria acaecidos por estos pagos, y que cambiaron notablemente la presencia y peso de Galicia en dicho ámbito económico? Cuéntenmelo si saben de algo, que todavía quedan días para la lectura y el solaz. Y es que, con obras como esta, y la amenaza de la pandemia... yo sigo quedándome en casa.