Anuncié en el pasado minuto una contra al enredo que se teje contra el AVE a Galicia. Insisten en la escasa o mínima rentabilidad de ciertas infraestructuras para aconsejar no invertir más fondos en terminar las obras prometidas en 1992, tras la inauguración del AVE a Sevilla, cuya llegada a Galicia fue sucesivamente anunciada para 2010, luego 2012, 2015, 2018, 2019, pero nunca se cumplió. -¡Para el Año Santo de 2021 se notificó! Pero tampoco, si damos por válido el reciente pronóstico de que las obras van con mucho retraso pues eso declaró en este diario el 23 de agosto la ex de Obras Públicas, Ana Pastor, y miembro de Comisión de Fomento en el Congreso que sigue y sabe de este tema. ¿No hay rentabilidad del AVE a Galicia? Sí, pero es muy amarga. Acumulamos unas rentas plurianuales de desidia, de engaños, de frustraciones, en los que nos topamos con una insolidaridad general por doquier, que se agrava cada vez más por un descarado desequilibrio territorial en el que otros rebañan fondos para sus flamantes corredores, rentas de abandono que aumentan el agravio -en la 3ª acepción del diccionario de la RAE- que se hace a los gallegos y a todos los que quieren viajar rápido a/y desde Galicia? En fin, el AVE a Galicia genera muchas y muy malas rentas.