Los móviles nos ofrecen la posibilidad de fijar en el calendario acontecimientos futuros que queremos anotar para ser recordados en el momento oportuno. En esas tareas estaba yo, cuando me asaltó una preocupación angustiosa: ¿estaré vivo para poder vivir lo que ahora anoto? Claro, cada uno tiene su edad y, aparte de dolencias y achaques, hay que contar con ese dato. Yo, sin querer ponerme de ejemplo, opino que aún puedo manejarme con soltura para visitar Tierra Santa y procuro hacer las gestiones pertinentes, pero ¿me llegará ese deseado viaje cuando todavía pueda caminar y gozar de autonomía pues me han contado que allí hay que caminar reciamente visitando los Santos Lugares? Espero lograrlo, pero no oculto que me preocupa caer en alguna invalidez sobrevenida ahora. Otra pejiguera: padezco cataratas en los ojos que, al decir del oftalmólogo de turno, no están maduras para ser operadas si bien algún día confío que lo estarán, y entonces ¿la intervención me permitirá disfrutar de mejor visión durante años o cascaré casi son haber podido disfrutar de la mejoría que puede depararme la dichosa intervención? No quiero ser agorero, pero aquí confío algo que seguro que a muchos de nosotros también nos inquieta.