En medio de todas las penumbras que nos acosan, de cuando en cuando aparece un destello, refulge una lucecita, señal de que no todo es un luto, que hay salida del oscuro túnel del estancamiento y la falta de perspectivas económicas. Me refiero a detalles —los diré a continuación— que no sé si fructificarán, pero que ahí están como premonitorios de un final que los más entendidos ven como esperanzador. Y sin más paso a hablar de una entidad que empiezan a llamar Eurorregión Galicia-Norte de Portugal, como un bloque con sintonía y vitalidad propias, y que según esos mismos entendidos sería muy bien recibida en la UE. Los detalles a que me refería en el inicio de este minuto van desde el interés manifestado por nueve concellos portugueses para unirse al AVE ourensano, pasando por el esfuerzo que periodistas gallegos ponen en sacar adelante el diario Luso-Galaico, sin olvidar la preeminencia de un aeropuerto, el Sá Carneiro de Oporto, que proporciona conexiones aéreas internacionales que ya querrían para sí otras terminales peninsulares, y los proyectos de una vía rápida ferroviaria Ferrol-Oporto. ¿Son ilusiones? ¿Es el cuento de la lechera? Ya se irá viendo porque auguro que de este tema escribiré más veces aportando lo positivo, y lo negativo también, de la naciente Eurorregión.