A punto de cumplirse el octavo aniversario –el próximo sábado 13– de su elección al Pontificado, y con sus 84 años a cuestas el Papa Francisco ha culminado, gracias a Dios, una visita histórica a Irak, viaje que los consejeros más precavidos habían desaconsejado. Pero él no ha dejado de acudir a ese país desangrando por guerras y terrorismo, castigado además por el más cruel fanatismo islamista, con iglesias destruidas y cristianos masacrados, sin importarle la epidemia, ni los avisos agoreros de atentados ni la dolorosa ciática que le aquejaba para alentar allí al perdón y a la reconciliación. Y gracias a Dios, hay que ser consciente de esa ayuda sobrenatural pues sin ella no habría logrado superar tantos inconvenientes para llevar una oleada de esperanza. “Rezad por mi” es una petición constante del Pontífice, y de esta petición me hago eco ahora con este minuto ante todos los lectores para que elevemos una plagaría concreta. Y es esta: que Dios siga protegiendo al Papa Francisco. La cercanía de este sábado 13 de marzo, octavo aniversario de la elección del argentino Jorge Mario Bergoglio como Papa, pienso que es motivo indicado, más que suficiente, para rezar viva e intensamente por el Papa.