En el año 1968, Ana María Briongos se marchó a descubrirse a sí misma y a dar a conocer otros mundos con sus actividades llenas de mucha cultura y mucha imaginación. “Cuando comencé mi aventura todavía no era licenciada en Físicas, vivíamos un momento un poco difícil en la Universidad y hablamos de una época un tanto oscurantista en nuestro país y con muchas ganas de ver el mundo”. Se marcha a Oriente a descubrir ese mundo que luego explicaría en sus muchos trabajos siendo una de las primeras mujeres en hacerlo.

“Me fui hacia Oriente, como hacían una serie de jóvenes de aquella época, y como resultado encontré unos países que me parecieron maravillosos y allí me quedé durante un tiempo con la buena cabeza de regresar para terminar la carrera”. Su blog Pasión Viajera se encuentra entre los primeros con muchas visitas, dadas las informaciones que en el mismo nos obligan a visitarlo una y otra vez. Se habla del Islam y nuestra protagonista ha estado estudiando en la Universidad de Teherán...

“Terminé de estudiar Físicas, di clases en un instituto durante un tiempo y me quedaban esas ganas de regresar de nuevo a esos países”. Vivió momentos históricos. “La experiencia de la época del Shah ha sido un momento en que el barril de crudo era muy caro y llegaban cantidades impresionantes de divisas a Irán. Eran utilizadas por el Shah para tener muy bien a su familia y hacer grandes fastos. No sé si los lectores que tienen una cierta edad se acordarán de las fiestas del dos mil quinientos aniversario del Imperio Persa, donde se montaron en Persépolis unas carpas impresionantes y se coronó a su esposa Farah Diba invitando a todos los artistas de Hollywood y a todos los reyes y reinas del mundo, así como a los presidentes. Fue un gran despilfarro y el resto de la población que no disfrutaba de este pastel no quedó muy contenta”. Sus libros Negro sobre negro. Irán cuadernos de viaje o Un invierno en Kandahar cuentan estas y otras historias acercando a los lectores unos temas que quizás ni soñamos. “He salido a la calle exultante. Mientras camino de buena mañana por las sórdidas calles de Teherán, antes de que el sol apriete y el pañuelo se pegue a la cabeza, la vida me parece maravillosa”. Y ahora que Teherán está de nuevo de actualidad qué mejor que leer las obras de esta autora y una complementaria a estas como es Irán por Dentro. La otra historia. Guía Cultural de la Persia Antigua al Irán moderno, una obra que se lee de un tirón cuya firma es de Alfred G. Kavanagh y tenemos que felicitar a sus editores en un mundo en que parece que solo vemos las cosas a través de internet. Un libro en palabras de Ana María “muy documentado en donde su autor ha ido en multitud de ocasiones al país y desde luego con un lenguaje accesible para todo tipo de lectores en donde van a entender muchas de las cosas que están ocurriendo actualmente”. Igual que Kavanagh en sus obras, Briongos no se queda en la superficie. “Al bajar por la avenida ex-Pahlavi, ex Mosadep, ahora Vali-e Asr dirección sur, los árboles me parecen más verdes y más altos y el cielo contra el que se recortan sus hojas más azules que el cielo de las estepas del Asia Central, que es mi cielo preferido”.

Y ahora que la India cumple sus setenta y cinco años de independencia, Ana María la dibuja en sus obras y en el recuerdo quizás de su madre Luisa Guadayol, Manresa-1918, quien falleció un 6 de diciembre de 2016 en un artículo memorable Kolkata, mi madre y yo, donde “se escandalizó al ver en la misma Kolkata un gran anuncio de Beckham con los vaqueros rotos porque estaba de moda, mientras unos niños jugaban en la calle con sus pantalones rotos porque no tenían otros”. Pero al final llegó a la India y como vemos en su Esto es Calcuta. Ediciones B. Colección Grandes viajeros, Barcelona, 2006 le fascinó.