En Kabul, se creó La Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán Rawa en el año 1977 como organización política independiente de mujeres afganas. Fundada bajo el liderazgo de Meena, asesinada en el año 1987 en Ouetta, Pakistán, por agentes afganos de la antigua KGB soviética. Behjat Hamra es una mujer joven, tiene 22 años, pero oculta su rostro. Cuando intentamos hablar con ella, no quiere que le hagamos fotografías, nos permite la entrevista, tras un maratón increíble. Su única misión es dar a conocer lo que pasa en su país.

En el año 1981 se creó una revista que es bilingüe —persa-pashtún—, la publicación de esta revista se ha extendido y aparecieron ejemplares en inglés y urdu. En ese momento...

“La mujer no existe para estos fundamentalistas, están totalmente anuladas, los fundamentalistas talibanes impiden que las mujeres podamos estudiar, podamos tener una educación. Las obligan a salir con un burka que tapa todo su cuerpo y tienen que ir acompañadas de un familiar, existen otras restricciones, pero estas son las más importantes”.

Antes del golpe de Estado que se produjo en abril de 1978 en Afganistán, dirigido por Moscú, las actividades de la Rawa se reducían a movimientos en pro de los derechos humanos y la democracia, pero después del golpe de Estado y concretamente después de la ocupación soviética en diciembre de 1979, Rawa se involucró directamente en la resistencia.

“Los fundamentalismos representan una amenaza que está ahí presente. Lo que hacen estos grupos, lo mismo lo pueden hacer otros en lugares diferentes del mundo. Comportarse igual, tratar igual a sus mujeres como lo están haciendo los talibanes. Por poner algún ejemplo, estos casos podían darse en Irán o en Arabia Saudí”.

Los Emiratos Árabes Unidos, Arabía Saudí y Pakistán lo reconocen como un gobierno legítimo, y la ONU... “En aquel momento cuando comenzamos se encontraba Kofi Annan como secretario general de la ONU y su representante era el español Francesc Vendrell, pero no hicieron nada. Los únicos intentos que hicieron fue poner de acuerdo a todos los grupos fundamentalistas y ese gesto en lugar de quitarles fuerza, lo que ha hecho es darles más fuerza. Mientras la situación no cambie y no se haga una intervención, pero de otra forma, el problema está sin solucionar”. Quedan otros conflictos que como ella misma nos dice están sin solucionar: “El conflicto de Afganistán no es comparable con ningún otro y en toda su historia no vivirán una situación como esta, ¡desde luego que no!”.

Sumamente comprometidos con la información y, desde luego, dicen una y otra vez que los que tienen que hablar son las víctimas, los verdaderos protagonistas. En unas jornadas celebradas en La Coruña, Gervasio habló de un proyecto que estaban llevando a cabo. El lugar, Afganistán. Según sus palabras, además de informar sobre lo que sucede en dichos países, hay que visitarlos para saber cómo se desarrollan los mismos. Durante un tiempo ambos, Gervasio y Mónica trabajaron en Afganistán.

Los resultados fueron una exposición que recorrió la amplia geografía española y que todos podemos ver en un libro Mujeres/Women. Afganistán. Una lucha por la dignidad y por los derechos humanos. A través de la imagen y de la narrativa nos acerca a ese mundo distante y diferente de nuevo de verdadera actualidad.