Periodista, escritor y fotógrafo, especializado en alpinismo y biología, Alfredo Merino desarrolla su profesión en diversos medios de comunicación. En la primavera de 2000 participó como enviado especial del periódico El Mundo al Everest, en la expedición del programa, Al Filo de lo Imposible de Televisión Española. En su obra Everest: cincuenta años de escaladas y tragedias, nos cuenta “la historia del Everest, pero desde las primeras expediciones y, sobre todo, lo más apasionante, desde que el hombre lo ve por primera vez, antes que la conquista”. “Cuento toda la historia —escribe—, pero a mí me resultó muy sencillo. De hecho el libro lo escribí de un tirón en tres semanas, porque cuando estás enamorado de algo, todo va como rodado”.

Los primeros europeos que se adentraron en el Himalaya fueron los jesuitas portugueses Antonio Andrade y Manuel Marqués. “El Everest es el punto más alto de la Tierra, pero después es una montaña que lleva aparejada la historia del esfuerzo, del sacrificio, y todo eso son los sentimientos más trascendentales que tiene nuestra especie allí; no solo lo positivo, también lo negativo: la envidia, el egoísmo, todo eso se ve allí de una manera elemental”. ¿Qué tienen estos países para que se organicen viajes cada vez más?, ¿cómo nos atraen tanto esas costumbres?, ¿poco a poco están llegando a Occidente? Recordamos unas palabras del español Miguel de la Cuadra Salcedo: “Conozco todo el mundo, pero la esquina de mi calle no la conozco”.

Alfredo ha escrito guiones y, sobre todo, ha realizado una gran labor en la divulgación de nuestra geografía. “A pesar de que estamos hablando de un viaje mío en un lugar de los más remotos que se pueda encontrar, el Everest o la cara norte del Everest, en el Tíbet, soy un gran defensor de lo que tenemos y gran parte de mi trabajo es dar a conocer cosas de la geografía española, cosas de nuestras regiones, de nuestras comunidades autónomas, de nuestras costas, de nuestras montañas”.

Practica el alpinismo y se ha dedicado bastante a los deportes de montaña en diferentes cordilleras de los cuatro continentes: “Aunque he viajado bastante, un país como el nuestro no hay dos, tanto desde el punto de vista paisajístico como geográfico, así como desde el punto de vista humano”.

Nos quedan nombres como, Edmund Hillary, John Hunt o Tenzing Norgay que ya han pasado a la Historia. “Contando aquella primera ascensión de los ingleses —que aún hoy en día no sabemos si llegaron o no a subir—, aquella experiencia, cuando hoy estoy hablando contigo, no ha dejado de ser un misterio”.

Sebastián Álvaro y el equipo de Al Filo de lo Imposible, como nos cuenta Alfredo, “recrearon con todo tipo de detalles, con cuerdas, con vestidos e instrumentos de escalada, lo que fue aquello y ese documental levantó mucho interés por parte de todo el público”. Se enroló con ellos y envió una crónica diaria al diario. “Fueron más de tres meses y medio para que se supiera en Madrid que un grupo de españoles de todos los rincones de España estaban haciendo una cosa tan bonita y a la vez tan difícil como rememorar dicho ascenso, primero por subir al Everest y ni los propios ingleses se habían acordado de eso” ¿Cambia el hombre al subir a esas cumbres? O vemos lo bueno y lo malo del hombre, como recordaba el periodista Gervasio Sánchez. “Cuando una persona llega allí, el hombre no cambia. Yo he sido el mismo a nivel del mar que en la montaña y nosotros es cierto, llevamos allí nuestras maneras de vivir, nuestras limitaciones. Si en Madrid tengo la costumbre de tirar la basura, en cualquier sitio, cuando llegue al Everest no voy a cambiar por ir allí”. ¿Son personas diferentes a nosotros?, ¿tienen otras culturas? “Juegas un partido de fútbol y no dejas de estar en un estadio, por mucho que te canses. En la alta montaña, las condiciones son más extremas, eso sí”.