La Opinión de A Coruña

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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

Tranquilidad imposible

El siglo XXI está siendo malo para la serenidad. Terrorismo, guerra antiterrorista, estafas, crisis económicas, peste y, ahora, guerra a la puerta de casa. Fue quitar la mascarilla y ponerse el casco. John Lennon dejó dos grandes frases: “Da una oportunidad a la paz”, que repetimos empalagosamente cada vez que se da una ocasión a la guerra y “la vida es lo que sucede mientras estás haciendo otros planes”. En general, las personas hacemos planes de tranquilidad mientras nos tirotean, esquilman, contagian y bombardean, a veces en sentido metafórico, a veces en sentido literal. La vida no deja vivir.

Un profesor universitario tiene que dar clase e investigar y se lo impiden la burocracia y las comunicaciones continuas. El rector de la Universidad de Oviedo ha reconocido el problema y lanza los viernes de “tranquilidad institucional” sin llamadas, whatsapps, reuniones ni líos, para que los profesores se dediquen con calma a la investigación y a la docencia. Parecería más proporcionado que hubiera lunes de “estrés institucional” que concentraran cuanto distrae del objetivo principal, pero, para justificarse y ser la vida que sucede con planes distintos, el sistema jerárquico necesita de la metafórica palpación de los órganos sexuales del personal.

Todos aspiramos a la tranquilidad. Hasta Juan Carlos I que lleva un siglo XXI vertiginoso en el que recibió regalos, defraudó a Hacienda, mató elefantes, rompió caderas, amó a su amante, fue esquilmado por ella, abdicó, huyó del país, fue ayudado por la Agencia Tributaria e investigado por la Fiscalía, vio sus delitos identificados y fue exonerado de ellos por inviolabilidad y prescripción, cuando él solo quería vivir como un rey. En Abu Dabi ha “encontrado tranquilidad” y quiere terminar esta etapa de su vida “desde la serenidad”, venir a España a ver familia y amigos y mantenerse lejos de cualquier administración tributaria en el paraíso fiscal de los Emiratos Árabes Unidos. Si vuelve, “como es natural”, “con frecuencia a España”, recuérdesele que ha de residir en Abu Dabi 183 días al año.

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