Nacer en la India no es exactamente “comenzar a vivir” sino más bien retornar a ocupar un lugar, reencarnar en un cuerpo disponible para “realizar un recorrido” una de las tantas venidas a la Tierra que cada ser humano deberá de atravesar. Benarés junto a la Madre Ganga, surgidas ambas en las alturas de los Himalayas, nos acercan a un lugar en donde vamos a encontrarnos con la muerte. Con más de 2.500 años de Historia, Benarés ha atraído a estudiosos y a eruditos de todos los rincones de la India. Varanasi o Benarés, como también se llama en castellano, es según el escritor Mark Twain “más vieja que la historia, más vieja que la tradición e incluso más vieja que la leyenda, y externamente parece el doble de vetusta que todas ellas puestas juntas”.

Dejamos atrás nuestros ojos occidentales y abrimos nuestro disco duro a otras percepciones de la existencia. En Benarés las riberas del río están abarrotadas de elevados pabellones, palacios, templos de los siglos XVIII y XIX flanqueados por una interminable hilera de escalinatas: los ghats que se extienden por toda la orilla.

¿Su corazón?

Lo podemos situar con sus finos brocados de seda y oro, sus inmensos santuarios con sus lingams ocultos en cada esquina, sus habitantes que van y vienen como si no fuera con ellos, sus tenderetes, en donde venden ofrendas a sus devotos, esas callejuelas estrechas... Todo es un rito. Muchos han sido los españoles que han escrito sobre este mágico lugar y han vivido en él largas temporadas... El profesor Óscar Pujol, cuando lo describía, lo llegó a llamar “divina algazara” e hizo del sánscrito lo “más importante de su vida”, llevándole a realizar el único diccionario sánscrito-catalán hasta el día de hoy, amén de otras publicaciones. “Fui buscando el rumor del sánscrito y me di cuenta de que ese rumor seguía vivo, aunque herido y macilento en las callejuelas de la ciudad encarnado en numerosos pándits de mayor o menor erudición pero que conservan el sánscrito como si estuviese pegado a su cuerpo, como si formase parte de su respiración, como una constante vital más”. Apuntar que al día de hoy y tras mucho trabajo ese “proceso” ha tenido un final con un diccionario sánscrito-castellano bajo el título Sánscrito-Español. Mitología, Filosofía y Yoga. A lo que añade: “Nací en el Mediterráneo y la historia que voy a contar va desde las orillas del Mediterráneo hasta las orillas del Ganges”.

Hasta el editor y escritor madrileño Álvaro Enterría que, tras dos años de aprendizaje y numerosos viajes a la India, ha hecho de este lugar el centro de su vida instalándose en el mismo... Fruto de ello son sus numerosas traducciones y sus dos de sus libros en donde en uno de ellos, Benarés, la ciudad imaginaria (2012), hace un homenaje a Benarés con la colaboración de varios autores que, como él mismo, escriben sobre este lugar. “Como su patrón Shiva, Benarés es ambigua contradictoria e inexplicable. Luz y sombra, virtud y corrupción, paz y violencia... Benarés es una ciudad medieval, santa, sucia y bulliciosa y desconcertante en donde todos los extremos se confrontan sin pudor”.

Eso fue lo que debió de pensar el Museo das Peregrinacións cuando hace unos años tuvo en sus instalaciones un encuentro con el fotógrafo Luis Baylón con una introducción del presidente, en aquel momento Manuel Fraga Iribarne, en donde muchos pudieron conocer a través de la imagen lo que encierra esa enigmática ciudad tan vieja como el hombre.

Ramón Rodríguez Llera

Para el doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid autor de numerosas obras en donde se mezclan la imagen, la historia y la erudición Benarés o Varanasi santa, título de su última publicación, es eso y mucho más. En su nuevo trabajo publicado por la Universidad de Valladolid nuestro autor introduce al lector a viajar en la distancia por medio del tiempo y del espacio. ¿Es sagrada Benarés, o es santa?

¿Otros autores?

Alain Danielou y sus Dioses y mitos de la India amén de su estancia en la ciudad durante un largo período de tiempo en su residencia de Benarés próxima al Assi Ghat, en donde vivió entre 1939 y 1954, hasta Devorak Baker casada con el escritor bengalí Amitav Ghosh quien en su Mano azul y con todo lujo de detalles nos habla de una generación beat en Benarés o rescatando de la Historia grandes personajes como el persa Abu Rayhan al-Biruni (973-1048) que escribió un relato en el que resaltaba que Benarés era ya entonces para los hindúes el lugar más sagrado de la India al igual que la Meca lo resultaba para los musulmanes. ¿Santa Benarés, Santa Varanasi?