La Opinión de A Coruña

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Domee Shi, una cineasta de 32 años con una larga experiencia en animación y coguionista de varios grandes éxitos de la factoría Pixar, debuta en la dirección de un largometraje con una película sobre la adolescencia y la menstruación. Turning Red, el último lanzamiento de la productora, es una pieza única en su género por partida doble, primero por ser el primer largo de animación de Pixar dirigido por una mujer y segundo por la rareza del tema que trata.

Turning Red es una rareza cinematográfica por el tema que trata y una alegoría sobre la regla y sobre la adolescencia.

En el cine, el tránsito femenino de la infancia a la madurez reproductiva se ha tratado poquísimo. En las películas apenas hay rastro de un hecho biológico con el que las mujeres conviven durante treinta o cuarenta años de vida fértil.

Turning Red cuenta la transición de una niña, casualmente oriental como Domee Shi, que nació en China y creció en Toronto, adonde emigró de pequeña con su familia. La protagonista, Mei Leen, tan despreocupada y alegre al inicio de la película, se despierta una mañana y descubre que no reconoce su cuerpo y que un aluvión de emociones que tampoco reconoce han tomado el control. Una transformación que en Turning Red se expresa de una manera radical.

Mei Leen convivirá con extrañeza con ese fenómeno. Ella y su madre, desorientada igualmente por el nuevo estatus de su querida niña, que atravesará estados de pánico, vergüenza, tristeza y toda esa amplía gama de sentimientos que desordenan las vidas de los adolescentes.

El cine se ha ocupado de esa explosión hormonal con la que se inicia la adolescencia y con la que llega la regla de maneras muy distintas. Está aquella terrorífica película de los 70, Carrie, una adaptación de una novela de Stephen King sobre una chica, interpretada por Sissi Spacek, atemorizada por su madre y por sus compañeros de instituto y que acaba, literalmente, en un baño de sangre. La protagonista de El lago azul, que encarnada por Brooke Shields, también se llevaba un buen susto con la llegada de la regla. Con la llegada de la sangre menstrual, ella y su compañero en el paraíso en el que han quedado atrapados dejan atrás la inocencia.

Los que fuimos adolescentes en los 80 recordamos bien aquel capítulo de Verano azul en el que Bea se hacía mujer. La serie se emitía los domingos por la tarde y aquel lunes no se hablaba de otra cosa en el colegio. Era la primera vez que veíamos en una pantalla hablar con tal naturalidad del asunto.

La llegada de la primera regla sigue siendo un punto de inflexión en la vida de las mujeres, aunque afortunadamente ya no es un tabú, al menos en las sociedades occidentales.

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