La Opinión de A Coruña

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Mónica Vázquez

Michael Bay descubre los drones

Ir al cine puede ser una aventura. Aunque confieso que no suelo arriesgarme demasiado, últimamente me dejo llevar por la suerte, sentándome en la butaca sin hacer la obligada investigación previa que suele dictar la dirección de mis pasos hacia una sala u otra. A veces pecamos de juzgar demasiado y demasiado rápido, y ¿por qué no darle una oportunidad al cine de sorprendernos un poco?

El póster de Ambulance (traducido en España como Ambulance: Plan de Huida) dice lo justo. Es una película de Michael Bay, así que puede ser más o menos buena, o más bien mala, pero debería ser entretenida y con buenas dosis de acción injustificada que, al fin y al cabo, siempre es divertido de ver en la gran pantalla. Y qué mejor que una película de Michael Bay cuando vas sin saber qué vas a ver.

El filme está basado en una película danesa de 2005 con el mismo título, aunque no con el mismo peso emocional o fondo filosófico, porque Michael Bay quiere darte vértigo y no le da tiempo a desarrollar mensajes morales en dos horas y dieciséis minutos. Lo importante para Michael en esta película es que sientas la velocidad en las venas, aunque el precio sea un pequeño dolor de cabeza o un mareo constante. Parece que Bay por fin ha descubierto cómo poner cámaras en drones y no hace ningún esfuerzo por ocultar su satisfacción. No puedo evitar pensar que la intención de Michael Bay era hacer un Fast and Furious con aires de Nolan. El guion se desarrolla a trompicones, un poco forzado entre trepidantes escenas de persecución en carretera y sorprendentes brotes de comedia que cortan el drama sin previo aviso. Pero entre todo ese ruido visual y los drones volando de aquí para allá, es imposible no disfrutar de Jake Gyllenhaal, Eiza González y Yahya Abdul-Mateen II, capaces de imbuir humanidad a este sinsentido de acción y explosiones. Gyllenhaal y su brillante ejecución de un personaje que podría haber dado mucho más de sí, quizá con otro director, es suficiente motivo para verla. Eso sí, una biodramina en el bolsillo no estaría de más.

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