La Opinión de A Coruña

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Matías Vallés

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Putin cita la Inquisición

España se está convirtiendo en el inesperado referente de la destrucción de Ucrania. Era inevitable que si Zelenski se refería a Gernika ante el Congreso, los rusos respondieran con otro episodio nacional. Así ocurrió con puntualidad al día siguiente, cuando el monigote de Putin llamado Dimitri Medvedev se revolvió contra las sanciones a oligarcas señalando que Europa se comportaba como “la Inquisición española”. Dada la población creciente de dictadores, la audiencia ya ha captado su propensión a atribuir los vicios propios a los enemigos. No actúan así desde una pretensión acusatoria, sino para presumir de su comportamiento y amenazar con afianzarlo.

Aunque los comentaristas perezosos se detienen en el año 1984 orwelliano, la Rusia actual emparenta mejor con los inquisidores tridentinos. Se olvida a menudo el trasfondo religioso de la guerra de Ucrania, espoleada por la honda conversión de Putin, aunque su bautizo por inmersión en la fe ortodoxa tuviera lugar en el jacuzzi de uno de sus megayates. No solo ha seleccionado con acierto el funcionamiento implacable de la Santa Inquisición, también lo ha adaptado a sutilezas lingüísticas como la sustitución de la palabra “guerra” por “operación militar especial” o “liberación de Ucrania”. Estos giros han sido abrazados con entusiasmo por la población, no solo por el riesgo a una condena entre tres y quince años.

La invocación de la Inquisición a cargo de Putin y sus títeres goza de precedentes tan señeros como la figura del Gran Inquisidor, en Los hermanos Karamazov. En la novela de Dostoievski, el prelado se encarga de rechazar a Jesucristo apelando al orden por encima de la libertad, una excelente descripción del panorama geopolítico. Entre el Santo Oficio vigente en el Vaticano y el bombardeo de Gernika, está claro que la leyenda negra sigue siendo una de las exportaciones más rentables de España. La mención a la Inquisición en un post de Medvedev en Telegram demuestra que la institución dejó huella, no solo en el cuerpo de sus torturados y ejecutados.

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