La Opinión de A Coruña

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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

La estafa del lobo financiero

La especie salvaje más protegida por el sistema occidental es el lobo de Wall Street. El Félix Rodríguez de la Fuente de este bicho fue Oliver Stone en la película Wall Street, de 1987, y el ejemplar mostrado fue el Gordon Gekko. El National Geographic del cánido financiero es El lobo de Wall Street, de Martin Scorsese, una película de 2013 que se inspira en la vida de Jordan Belfort, que debutó de bróker en el mismo 1987. El cine de ficción y el documental han retratado crudamente al monstruo lo que atrae a ciertas personas. El cine de quinquis español era el preferido de los quinquis por la adrenalina de hacer un puente a un 1430 y salir de naja deprisa, deprisa. En la fantasía de Wall Street o de la City a cambio de un desnudo integral de ética y de la excelencia en crueldad se ofrece la vida insomne de un sueño cumplido de polvo blanco, polvos rápidos, coches deportivos, deportes violentos, violencia de pago y dinero para cuanto se pueda comprar.

Se denuncia que opera en España una criptosecta que ofrece una vida de capricho DiCaprio a jóvenes que quieren ganarse la buena vida con criptomonedas. Se presenta como una empresa de formación y puede ser un fraude piramidal. Tiene de Gekko, hijo de un trabajador y sindicalista honrado, que desprecia lo poco que se consigue siguiendo el ejemplo paterno. Tiene de secta que aleja a los hijos, como hicieron algunas instituciones dentro de la Iglesia sin preocupar a los jueces que pertenecían a la secta católica. Tiene una formación orientada al empleo en un país de jóvenes desempleados que deforma a base de coaching, como el que realizan tantas empresas, y de marketing agresivo, como el que se practica por teléfono para ofrecer electricidad barata y televisión infinita. Tiene el prestigio de las nuevas tecnologías para la generación del “yo controlo” informático y una captación basada en la amistad, ahora que es multitudinaria y de baja intensidad gracias a las redes sociales. Es una estafa tan difícil de distinguir de la irrealidad que se ofrece como realidad, que es como la realidad irreal misma: una estafa.

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