Un sector de la izquierda española (y no solo española) está sufriendo una regresión que puede tener consecuencias incalculables. Se trata de la pérdida paulatina de adhesión efectiva a valores como los derechos humanos, las libertades públicas, entre ellas la de prensa, la calidad democrática de los gobiernos e incluso los avances en la emancipación real de la mujer o las libertades sexuales y de género. No es creíble que de puertas adentro se trate de profundizar en esas conquistas de la democracia, haciéndose incluso adalides de políticas al respecto, y de puertas afuera se pase de largo, mirando para otro lado, ante la persecución flagrante de todos y cada uno de esos derechos y libertades en países como Rusia y sus aliados, eludiendo afrontar que al final la guerra en curso trata, sobre todo, del derecho a vivir en paz y libertad, o sea, de la defensa del modo de vida europeo.