La Opinión de A Coruña

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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

Ni perdón ni explicaciones

Una moneda de duro con la cara de Juan Carlos I y la petición de perdón de un caradura valen lo mismo. Majestad, no les quite la razón a Vox y al PP, tan de monarcas tarambanas y tan poco de iones belarras. Entre que no siente culpa y que propende a reincidir, para qué reeditar un paripé royal. Tampoco dé explicaciones, no vaya a resultar peor para esta democracia coronada de gloria. No le sienta bien la transparencia al trato que se ha dado al rey viejo, tan protegido, tan advertido, tan arreglado para que puedan estar tan prescritas las que armó en España el presunto acosador en el presunto Reino Unido. Si además de emérito fuera verídico Juan Carlos diría que todo lo hizo porque podía, porque era inviolable, porque le gustan el dinero abundante y aquella mujer tan cara y que, por contra, no le gusta pagar impuestos algo que, en su mundo de aviones privados, clubes de regatas y pantalones rojos, no se lleva mucho.

¿A quién no le gusta que le vitoreen cien, le retransmitan doscientos y le vean millones en la calma chicha de las preguntas de los programas del corazón? “¿Qué tal está, majestad?”. Eso es periodismo valiente que no quita lo cortés. Se interesan por uno y con preguntas que hasta Elena podría contestar. Mi España y yo somos así, señora, nos van la farándula, la risa, la moto, el barco, el jamón, ¿a usted? Por carácter, uno no es de leer, ni de vestir de negro, ni del Escorial, el pudridero donde acaban los cadáveres de la familia. ¡Alegría! Arévalo, cuenta otro chiste de gangosos.

Varias generaciones de escolares hicieron trabajos de plástica y lengua para contestar la pregunta ¿Qué es un rey para ti? y no se le ocurrió a nadie preguntarle a Juan Carlos qué es un rey para él. ¡Qué va a ser hombre, lo que su propio nombre indica! Que si regata, que si regata... Para alguien que dejó de ser jefe de un Estado la regata es volver a ser patrón de 12 metros de eslora y eso da fuerzas para tenerse en pie, volver a tierra, ser genio y figura e interpretar una versión castiza de A mi manera o imitar a Vicente Fernández con Bertín Osborne haciendo la segunda.

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