En estos momentos todo el mundo es consciente de la situación, tanto los futbolistas, como los técnicos, el club, los medios de comunicación y los aficionados. Entonces, el cuerpo técnico seguro que ha planteado la semana centrado en el plan estratégico que quiere para el partido contra el Albacete y en que los futbolistas sepan qué es lo que tienen que desarrollar para combatir y neutralizar al rival. A partir de ahí entran en juego los factores emocionales. Es una semana de tensión, de mucha emoción, responsabilidad y nervios, con momentos de fe y de dudas, y ante eso lo que hay que hacer es salir a competir con mucho corazón, pero con mucha más cabeza.

El futbolista tiene que parecerse al que le ha llevado a llegar hasta aquí y dar su mejor versión. Eso pasa por olvidarse del entorno y centrarse en lo que es el juego. Eso es lo difícil, saber hacer el trabajo con tranquilidad, pero a la vez con exigencia y responsabilidad. Con los jugadores centrados cada uno en hacer su función lo mejor posible, seguramente el equipo estará más cerca de conseguir el éxito.

Es muy importante tener el factor campo a favor y también que el empate te valga, pero de las dos cosas te tienes que aislar. Tienes que salir a ganar porque, si sales a empatar, probablemente acabes perdiendo el partido. Sabes que tienes el apoyo de una afición apasionada, que te da puntos y te lleva en volandas gracias a esa magia de Riazor que yo he tenido la suerte de vivir, pero la realidad es que la afición no te va a ganar el partido. Lo que te vale es salir a ganar y salir centrado en el juego. En momentos de debilidad vas a tener a toda la gente apoyándote y, además, sabes que el empate puede ser un resultado válido. Son dos factores muy importantes que te dan una ligera ventaja, pero que no te aseguran absolutamente nada si vives pendiente de ellos. Estar pensando en lo que va a pasar, no va a ayudar. Para que eso no pase tienes que ganar cada disputa, cada balón dividido, hacer bueno cada pase. En definitiva, jugar concentrado sobre el juego, no sobre las consecuencias. Ahí está la clave, en saber manejar todas esas situaciones.