Estamos ante un día que puede ser histórico para el Deportivo y se juntan varias cosas. Por una parte, la ilusión de un buen equipo y, al mismo tiempo, la ilusión de toda una gran afición que va servir de gran ayuda para tratar de sacar el encuentro adelante. Estoy ilusionado, pero al mismo tiempo también hay que ser cautos porque en una final a partido único puede pasar cualquier cosa. El Dépor en las últimas jornadas ha mejorado mucho su nivel competitivo. El ambiente que va a haber antes y durante el partido va a ser incluso mejor que el de algunas noches de Champions y eso va a ayudar a que el equipo haga algo que tiene que hacer, y es volver al fútbol profesional. Los jugadores no deben pensar en el empate sino en salir a ganar el partido.

Si los del Albacete vienen supermotivados, los del Dépor multiplican por cinco esa motivación. Jugar con esa apoyo tan grande va a ayudar a sacar el partido adelante, no con facilidad, pero sí teniendo en cuenta que puede ser un día muy importante en la historia del club. La seguridad en ti mismo es fundamental y ese temor o ese nerviosismo se va a disipar cuando el equipo se aproxime a Riazor, al ver a tantos miles de espectadores que van a transmitir a los jugadores toda su fuerza.