La Opinión de A Coruña

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Xabier Fole

El correo americano

Xabier Fole

Lo mejor que tenemos

En un episodio de Ted Lasso, una serie sobre fútbol donde el fútbol es lo menos importante, el segundo entrenador del AFC Richmond, un equipo ficticio que se juega el ascenso a la Premier League, decide, después de perder 5–0 contra el Manchester City en las semifinales de la FA Cup, que ha de ahogar sus penas en la noche londinense y se embarca en una aventura épica en la que no falta prácticamente nada, desde una pelea con el padre de un jugador hasta el descenso a los infiernos guiado por el fantasma de Thierry Henry, pasando por una partida de billar con unos estudiantes de Oxford y un baile desenfrenado en la discoteca de una iglesia.

Coach Beard, a quien da vida un hilarante Brendan Hunt, se da cuenta de que ha roto con su novia porque ella no le dijo “te quiero” cuando él se lo dijo a ella. El episodio es una obra maestra. Es divertido, profundo y surrealista. El personaje parece haber enloquecido, aunque en realidad lo que está haciendo es tratar de comprenderse a sí mismo. El viaje nocturno, como es lógico, no le proporciona ninguna solución (acaba herido y vestido con unos pantalones extravagantes), pero sí le sirve para afrontar lo absurdo que en ocasiones resulta ser la vida cuando ésta se ve condicionada por azares que parecen extraídos de una ficción, la ficción que nos contamos para soportar el dolor con el que cargamos en nuestras derrotas y decepciones.

Ted Lasso es una serie extraña no solo por su engañosa simplicidad sino también por la esperanza que transmite. Lo hace, además, sin idealismos ni excesos sorkianos. La dueña de un equipo inglés contrata a un entrenador de fútbol americano universitario para que éste lo hunda y vengarse así de las infidelidades de su exmarido, quien perdió su parte de la propiedad en la institución deportiva como consecuencia del divorcio. Pero Ted Lasso, aunque desconoce lo básico de este deporte, sabe mucho de la condición humana y posee unas virtudes insospechadas para ejercer el liderazgo en un vestuario; finalmente consigue que el equipo, a pesar de perder en varios partidos importantes y lidiar con algunas crisis, adquiera su propia identidad. La serie es una historia sobre la salud mental y sobre las segundas oportunidades. Sobre dejar atrás lo que uno pudo haber sido para enfocarse en lo que uno nunca pensó que podría llegar a ser.

No es fácil encontrarse últimamente con un producto de entretenimiento (de calidad) en el que se apueste por lo mejor del ser humano y el cinismo no se contemple sino como un recurso fácil de quienes piensan que para parecer inteligentes es necesario exhibir el rostro más perturbador. No está mal que en 2022 se emita en televisión una historia que nos deje a los espectadores mejor de lo que estábamos. El fútbol es la excusa, pero ¿acaso no todas las buenas historias parten de una? Al final todo va de ganar y perder. O de tener un equipo por el que vivir. Y sufrir.

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