La Opinión de A Coruña

La Opinión de A Coruña

Javier Cuervo

un millón

Javier Cuervo

Ni ricos, ni pobres, ni…

Ha dicho Mariano Rajoy que hablar de ricos y pobres es peronista. El momento occidental está marcado por los superricos, los milmillonarios, los oligarcas y por las clases medias que bajan, los trabajadores precarios que dimiten de serlo, los pluriempleados que no llegan a fin de mes, los económicamente vulnerables y los pobres así que lo peronista no es que existan o no haya formas de nombrarlos sino hablar de ellos. No hablemos de ricos ni pobres, ya no hay derechas e izquierdas, hombre y mujer son constructos culturales... vamos a por los vertebrados e invertebrados, que es un tema hueso.

De niño había palabras que no se decían y conversaciones que no se tenían. “En esta casa no se dice esa palabra”. “En mi familia nunca hablamos de eso”. Y entonces lo peronista no estaba tan desacreditado. Ahora las cosas que se hablan y no se pueden discutir tienen una única forma correcta de expresarse en una neolengua que, si no manejas con fluidez, te delata como alguien que odia porque excluye.

Hablar de ricos y pobres, que tan bien se entiende, es peronista, dice Rajoy, famoso por su hablar rajoyista, que no se entendía. Pedro Sánchez y sus ministros empezaron hace dos meses a contratacar las encuestas negativas con el término “clases medias trabajadoras”, ahora parece que con copulativa “clases medias y trabajadoras” y se les echaron encima no se entiende bien por qué, de ahí que esté tan claro.

La mitad de los españoles gana menos de 20.000 euros al año, que después de cotizaciones son menos de 1.600 euros al mes, una suma que, con el verismo de los precios de la vivienda y la subida de la cesta de la compra, da como resultado algo que no tiene nombre, que no puedes llamar rico, desde luego, ni pobre, ni está claro que sea clase media trabajadora o clase media y trabajadora. No paran de crecer los términos taxonómicos de las tribus sexuales, de difuminarse las denominaciones políticas y desaparecen las de las clases sociales. Nacidos en el lenguaje equivocado vamos cambiando al género idiota.

Compartir el artículo

stats