Pensé titular este minuto con un llamativo ¡Qué viene el lobo!, pero lo deseché por si algún lector lo despreciaba calibrando que trataría del animal carnívoro que ataca a los rebaños, y de la polémica creada con su protección. Escribo sobre el inevitable invierno demográfico que se nos viene encima, a toda Europa y en particular en Galicia. Esto ya es sabido, y por ello me acordé del cuento aquel de “¡Qué viene el lobo!, ¡que viene el lobo!” que gritaba vanamente el pastor, y nadie le hacía caso, hasta que de verdad llegó el cánido y asoló el rebaño. Tengo delante muchos recortes de prensa que, de una forma y de otra, nos avisan de la hecatombe. Cosas así en Galicia: que en este curso —y también ocurre en anteriores con otras cifras— hay 4.725 alumnos menos en las aulas, y que se calculan unos 700 puestos de docentes vacantes; que los matrimonios envejecen (cada vez más tardíos y menos); que Galicia será en 2050 la 3º región de Europa más envejecida; que todas las ciudades gallegas, excepto Santiago, registraron en 2021 mínimos en nacimientos; etc.

Y cuando leo que el Gobierno destina 55,7 millones para hacer frente al reto demográfico, compruebo que es para apoyar la gestión forestal en municipios de zonas afectadas por la despoblación.