La Opinión de A Coruña

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Ana Bernal Triviño

Los ataques machistas a Irene Montero

Para quienes aún no lo entienden, el fondo de los ataques de Vox a Irene Montero está en que suceden en el Congreso, representación de la democracia y la ciudadanía. Es intolerable buscar justificaciones. Pero hay algo más. Montero representa al Ministerio de Igualdad. Sí, otras ministras de Igualdad fueron insultadas sobre su capacidad o su físico, como Aído o Pajín. Pero ahora es peor. Aunque el PP nunca apoyara ese ministerio, el rechazo se potencia ahora en Vox con su odio hacia el feminismo y las políticas de igualdad. Por primera vez, hay 52 escaños de negacionismo machista que vienen a por nuestros derechos. Por primera vez, la ultraderecha tiene voz en un Parlamento para atacar al ministerio que representa lo que quieren derribar: las leyes que protegen la libertad de las mujeres. Aunque el trabajo de Montero fuera excelente, irían a por ella.

No hay una protección a la ministra por el feminismo. Parte de él la ha cuestionado duramente estos años. Pero aunque fuese la peor ministra, no se puede usar como arma política la vida personal. ¿Que Pablo Iglesias dijo algo parecido de Ana Botella? Sí, y no quita que lo de él fuera machismo y que lo que recibe Irene Montero también. No hablamos de platós de televisión o de declaraciones a la prensa. Hablamos de diputados en la sede parlamentaria. El fascismo siempre intenta devaluar la autoridad moral del Parlamento. ¿Que representantes de Podemos descalificaron en redes, más de una vez, a feministas que no están de acuerdo con ellos? Sí, y es de sus mayores errores. Pero, entonces, ¿seguimos en un campeonato de a ver quién dice más fuerte la próxima burrada? Dicen que ella aprovecha esto para hacerse la víctima. Es que lo es. Pero aunque lo hiciera, a ver si asumimos que la violencia política a las mujeres existe. Y no hay peros. Se puede criticar o incluso no votar al Gobierno, pero usar las herramientas del amo, puro negacionismo que devalúa a las mujeres, es intolerable. Quien justifica o manifiesta ataques machistas dice más de sí que de a quien pretende ofender.

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