Opinión

Respiramos Irán

Inhalamos. Exhalamos. El oxígeno penetra en el cuerpo, llega a los pulmones y el torrente sanguíneo lo transporta hasta las células. Haciendo el camino inverso, el dióxido de carbono es exhalado al exterior y consumido por las plantas que, de nuevo, lo convierten en oxígeno. Lo aprendemos en la escuela. El oxígeno de la atmósfera se generó hace millones de años. Una humanidad respirando. ¿Quedan rastros del aire compartido? Los amantes en la cama. Los contrincantes en un ring. Los enemigos en una trinchera. Víctimas y torturadores. Libres y presos. Respiramos. Y contenemos el aliento.

La ejecución de Majid Reza Rahnavard fue pública. Murió la madrugada del lunes pasado. Ahorcado, asfixiado, colgado de una grúa en plena calle. Tenía 23 años, solo hacía 23 días de su arresto. Un juicio fulminante y sin ninguna garantía. Hemos visto la imagen. Quizá incluso hemos inspirado un poco más profundo al contemplarla, como si necesitáramos limpiar la impresión, el horror. Días antes, había sido ejecutado Mohsen Shekari, también de 23 años. Está anunciada la ejecución de Amir Nasr-Azadani, un futbolista profesional de 26 años.

Desde la muerte en septiembre de Mahsa Asimi a manos de la policía de la moral, las protestas se han extendido en Irán. Tras ellas, la represión más brutal. Según Iran Human Rigths, 458 personas han sido asesinadas, 63 de ellas niños. Amnistía Internacional denuncia que hay al menos 20 personas sentenciadas a muerte. El régimen de los ayatolás también ha incrementado la detención de ciudadanos europeos con acusaciones falsas. Rehenes para chantajear a la UE cada vez que se adoptan nuevas (y tibias, muy tibias) sanciones contra Teherán. Al fin, todo está conectado.

Karim Sadjadpour, investigador de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, apunta que, si bien la República Islámica ha tratado de someter la cultura iraní, es esta la que amenaza al régimen. “La pregunta ya no es si esto sucederá, sino cuándo. La historia nos ha enseñado que existe una relación inversa entre el coraje de una oposición y la determinación de un régimen. El colapso autoritario a menudo pasa de impensable a inevitable en días”.

Que llegue lo impensable. Y, si esto ocurre, será ante una vergonzosa pasividad internacional. Sin que hayamos sido capaces de prestarles el aliento que necesitan con urgencia. Contenemos la respiración ante el horror. Sin entender que su falta de libertad, su sufrimiento, también acaba emponzoñando nuestro aire. ¿Qué cantidad de veneno podemos respirar sin reaccionar?

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