Opinión | Un minuto

Finalizo con una sonrisa

Se nos acaba el año y quiero terminarlo con una sonrisa, con la misma que se nos escapa leyendo el título de un libro singular que pone en su cubierta “Escúchame con los ojos”, —ha leído bien, no hay error ni es un retruécano— a cuya presentación acudí días pasados siguiendo la clave “el 20 a las 20 en la 11”, es decir el martes 20, a las 8 de la tarde, en el salón de actos de la ONCE. El autor es profesor, un maestro, un educador, que cursó Derecho y ejerció como abogado hasta que se confirmó que lo suyo era la educación, y en especial con los más pequeños, los de 1º de Primaria. Se llama Adrianey Arana, y tiene un blog en el que cada semana nos alegra con las ocurrencias que saca de su vivencia con esos críos. He puesto que nos alegra, porque son cosas chispeantes y divertidas, pero debería haber dicho primero que nos descubre el sentir de unas personas, porque personas son siempre, a los que llamamos críos. Ese “¡Escúchame con los ojos!” es el ruego, casi una súplica, del chavalín que reclama la total atención de su profesor al ver que mientras le escucha mira a otro lado. Feliz fin de año, aunque ya miramos al siguiente.

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