Opinión

Un lugar en la nube

Un antiguo amigo y lector, el excelente fotógrafo Javier Canteli, me envía a veces como regalo junto a sus notas de lectura (otro regalo) alguna fotografía, suya o tomada de algún fondo accesible. La última refleja un momento y lugar de mi ciudad, que me he atrevido a datar entre 1953 y 1955, cuando en una zona cercana a la playa apenas había construcciones. El caso es que al verla se ha disparado el chip de evocación, un resorte mental que abre la trampilla del recuerdo, en este caso el de haber deambulado por aquellas manzanas entonces en formación. Nada raro, si no fuera porque el recuerdo databa de hace pocas semanas, meses a lo sumo. Me sumo en la perplejidad, hasta que caigo en que las imágenes correspondían a un sueño reciente, que además se ha repetido varias noches. La gran pregunta es si habrá modo de que la memoria inconsciente tenga hosting en la nube.

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