Opinión

Científico, académico, experto en salud ambiental y salud pública

El mundo ante el desafío del COVID-19

La subvariante XBB.1.5, conocida como Kraken, detectada inicialmente el pasado mes de octubre en EEUU, está aumentando considerablemente en EEUU y en Europa, y ya está presente en numerosos países del mundo; preocupa su capacidad de crecimiento, y la OMS le está haciendo un seguimiento. La Kraken es una recombinación de dos sublinajes de ómicron, lo que hace que sea más infecciosa, y que se haya convertido en la subvariante más transmisible hasta ahora, se propaga muy rápidamente como consecuencia de las mutaciones que contiene, que le permiten adherirse a las células y replicarse con facilidad. Todo parece indicar que esta subvariante es más contagiosa que las anteriores, si bien lo más importante es verificar si se mantiene la efectividad de las vacunas actuales ante la Kraken o si elude la eficacia de las vacunas, ya que en ese caso tendríamos un problema. La preocupación de esta variante radica en la mutación S:F486P, que le proporciona una característica especial, la de vencer a las defensas del organismo e infectar a las células. La FDA nos alerta de que es probable que la variante XBB.1.5. sea resistente al fármaco “evusheld” contra la COVID-19 que comercializó el laboratorio AstraZeneca.

Las vacunas actuales siguen protegiendo contra los síntomas graves, hospitalización y la muerte. De momento, no hay motivos para pensar que esta subvariante sea más preocupante que otras variantes, ya que está provocando cuadros leves, sus síntomas son: tos, fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza, fatiga, congestión nasal, etc., muy similares a los de otras subvariantes de ómicron, muy similares a un catarro común y en la mayoría de los casos no revisten gravedad.

¿Cómo afectará a España el tsunami de contagios de China? La BF7 es la variante que predomina en China, y de momento no ha significado un problema importante en Europa. El riesgo es mínimo, si bien todo va a depender de como evolucione la situación epidemiológica en China y de que puedan surgir o no nuevas variantes. Mientras, lo razonable es aplicar el principio de precaución, protegernos y controlar la calidad del aire. El problema de China es que no ha logrado vacunar a las suficientes personas mayores y sus infraestructuras sanitarias no son las adecuadas para atender las necesidades que tienen en la actualidad (saturación excesiva en los hospitales y colapso sanitario). En el último mes han fallecido casi 60.000 personas según las autoridades chinas, si bien estas cifras quizá sean muy superiores. Las variantes que circulan en China son las que ya han estado circulando por el resto del mundo.

La variante ómicron ha sido la responsable de que los contagios se extendiesen entre personas vacunadas. Hay que secuenciar el virus para saber qué es lo que está circulando en China, y estar vigilantes por si surge alguna subvariante nueva de preocupación. En España, una gran parte de la población se ha infectado con el coronavirus. La cuarta dosis es necesaria para las personas mayores de 65 años y las personas de riesgo; y en el caso de aparecer una nueva variante se debería vacunar a toda la población.

La OMS recomienda recuperar la mascarilla en interiores mal ventilados, vuelos largos y transporte público. Si bien de momento no parece que vayamos a volver a las restricciones y confinamientos, no es menos cierto que existe cierta preocupación. La situación sanitaria a nivel mundial empieza a ser preocupante, el tsunami de contagios en China, la reapertura de fronteras, etc. El colapso asistencial que empezamos a padecer en España y en otros países. Precaución y mucho sentidiño.