Opinión | Un minuto

Visión torticera

Calificar de “capitalista despiadado” al propietario de la cadena de supermercados Mercadona porque gana mucho dinero, aunque la ministra Belarra lo camuflase por aprovecharse de la subida de precios por la guerra entre Ucrania y Rusia, me pareció, al principio, una visión ramplona, de tebeo, del ricachón con chistera y fumándose un puro. Pero conforme lo calibro más a fondo, y comprobando las reacciones de otros empresarios, y de otras cadenas de supermercados que ven en esas declaraciones la preparación de un nuevo impuesto con la disculpa de que ganan mucho dinero, opino que, de chiste, nada, que es fruto de una visión injusta, torticera, que es el resabio del dualismo rencoroso: rico y pobres, buenos y malos, derechas e izquierdas. La serena reacción del aludido diciendo que la misión de los empresarios, a los que le va bien, es crear puestos de trabajo. Y el comentario de tantos consumidores de esos supermercados que alaban —aún es reciente el anuncio de una subida general de sueldos al personal— el trato con los empleados; hace poco me comentaban reconocidos la oportuna oferta de productos para personas diabéticas, o celíacos —al parecer, una de las hijas de Roig padece esa afección—, y otros detalles como la extraordinaria expansión de la cadena, son datos que echan por tierra el calificativo de capitalista despiadado.