Opinión
No se gobierna con monosílabos
El discurso originario de Pedro Sánchez fue aquel “no es no” a dejar gobernar a Rajoy. Aunque luego su discurso se iría haciendo tan intenso que llegaría a romper con sus vueltas y revueltas el espinazo del independentismo, aquel éxito del monosílabo repetido hizo creer a algun@s que era el camino. El problema del “sí es sí” es que, a fuerza de simplificar lo complejo, ha llegado a convertirse en un galimatías jurídico con evidentes consecuencias indeseadas. Una vez constatado que estas tienen lugar o sí o sí debido a que una ley singular no cambia los principios penales (como el de la proporcionalidad de las penas o el de aplicación más beneficiosa para al reo) se discute si es mejor cambiar la ley o echar la culpa a los que la aplican. Políticamente lo más decente sería dejarla estar, cargar con las consecuencias de lo hecho y, eso sí (o sí), respetar el derecho para poder cambiarlo.
Suscríbete para seguir leyendo
- Opinión¿Te crees muy macho?
- OpiniónSi Suárez resucitara, lloraría por España
- OpiniónLos despistes del Mossad
- OpiniónMedio domingo en provincias
- OpiniónTodos los caminos conducen a Abegondo
- OpiniónLa “ilusión” de Pancho Varona por el Dépor
- OpiniónEstá mal lo que está bien
- OpiniónLey de violencia de género y ley trans
Opinión
El reloj
el triángulo