Opinión | Inventario de perplejidades

El apocalipsis que se avecina

La entrada en prisión provisional del general retirado de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas, investigado por su supuesta complicidad en las actividades ilícitas del llamado caso Mediador (y también Tito Berni) ha elevado el nivel de curiosidad de un escándalo que se destapó de inicio en las Islas Canarias, pero con cada vez más ramificaciones en el resto del Estado. Ahora bien, el interés morboso de los medios y del público estuvo centrado principalmente en las fotografías y en los vídeos de los corruptos en paños menores manteniendo relaciones sexuales con prostitutas y tomando drogas prohibidas. El espectáculo de unos hombres gordos de más que mediana edad, desnudos y abrazados a unas putas en la habitación de un hotel, no es edificante ni estético. Ni menos todavía, erótico.

A muchos observadores recientes les recordó las imágenes de aquellas orgías de medio pelo que se difundieron durante el juicio de los ERE en Sevilla. Y más lejos en el tiempo a la bacanal que había organizado Luis Roldán en un hotel de Mallorca siendo director general de la Guardia Civil. Alguien con mucho sentido de la oportunidad política hizo fotos de la fiesta y la revista Interviú las publicó cuando Roldán ya estaba huido de la Justicia. La visión del fugado en calzoncillos vino a confirmar el archiconocido proverbio chino de que “Una imagen vale más que mil palabras”. Y confirma la escasa atención que Felipe González prestaba a los nombramientos de algunos altos cargos. Tendría que haber sospechado que el director general de la Guardia Civil no era trigo limpio cuando al comunicar la captura de la cúpula de ETA en Bidart (Francia) dijo: “¡Ministro, bingo!”.

La benemérita institución ha hecho un gran esfuerzo colectivo para adecuar su estructura y métodos al nuevo tiempo democrático. Y es una pena que algunos de sus integrantes oscurezcan la imagen de eficacia que habían ganado. Desde luego que a ese lavado de imagen no contribuyen declaraciones como las que expresó el general Espinosa ante la juez que instruye el caso. Dijo el general que, una modesta cantidad de dinero encontrada durante un registro en su domicilio, no tenía otro destino que ayudarle a defenderse del apocalipsis que se avecina (¡caramba, es lo mismo que opinaba Bush Junior!). No sabemos el valor que la juez le puede otorgar a ese anuncio en boca de un militar de tan alta graduación. Pero no diferirá demasiado de lo que pensaron para su coleto los que juzgaron al coronel de la Guardia Civil Rodríguez Galindo por los sucesos del cuartel de Inchaurrondo. Para elogiar la calidad humana de sus subordinados dijo: “Con nueve hombres como estos, yo conquistaría toda la América del Sur”.

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